Hoy nos pasamos el día en el colegio Micael, podando, lijando bancos y sillas (donaciones de otros colegios), instalando iluminación, arreglando el sistema de filtro de las piscinas. Un grupo de familias del colegio, hoy como cada sábado se dispuso a trabajar con los demás en lo que fuera saliendo para dejar listo el colegio para comenzar las clases en Marzo.
Poco tiempo, ha sido una aventura algo apresurada, la casona increíble, ha tenido sus problemas, no contábamos con el tamaño de los escritorios que nos han donado y no siempre hemos tenido buen ojo para calcular si nos caben todos los niños de un curso determinado en una sala.
Celebro el ánimo de trabajar con lo que hay e ir adaptándose. Se va configurando la aventura de transformar una mansión abandonada en nuestro colegio Micael.
Sigo viendo en esto un privilegio que pocos tienen de hacer un colegio para sus hijos y aprender a trabajar en una colectividad sin jerarquías.
