9/5/12

Porqué viajo

"Un buen día uno se da cuenta de que en las ciudades casi todos los hombres hablan con el mismo tono de todo: el arte, la política, la fe, el periódico, un espectáculo, la tele... ...son solamente nombres para llenar el vacío, para pasar el tiempo.
Hay muy poca amistad; sólo gentes que las circunstancias han puesto en contacto, necesitados de calor, ligados a idénticas costumbres, a los mismos prejuicios, que adaptan palabras, las lustran; frases prudentes y convencionales...
Todo está estipulado como una ceremonia.
Y si alguien se alza y coge la palabra, comete una falta de gusto.
Se hace el silencio.
De esta manera cada uno se protege con el ritual social y las diversiones.
Se sueña con los hombres que vendrán a abrir puertas y ventanas y arrojarán las llaves a una alcantarilla.
Pero llega un día, si las circunstancias lo permiten (y cuando no lo permiten hay que obligarlas) llega un día en que uno se retira dulcemente,
abandona el universo de las apariencias,
se pone a escribir, se encuentra con hombres libres o, por lo menos,
que tienen un deseo tan grande de serlo que ya casi lo son.
En el interior del orden necesario e inhumano del mundo, se crea una sociedad real de amigos para escapar de la asfixia.

Yo viajo, por la misma razón que escribo, para encontrar amigos."

El autor era cura, y escribía con un seudónimo Jean Sulivan, bajo el cual está el libro.

A mis hermanos Psi

Queridos hermanos, Marx. Agradezco la conformación de esta cofradía de selectos analistas, y un antianalista sinclubista retirado, en este ...