31/12/08

Morir es cierto

De hecho la muerte es roca sólida, realidad en estado puro.
La frase me impactó hace años, Morir es cierto, decía Roser Bru en una serie de bellos grabados.

¿Cuánta gente se va a dormir cada día pensando en las cosas del día siguiente, y no despierta más, muere en el sueño?

Vivimos como si cada nuevo día fuera una cosa ordinaria, dada por hecho.

¿En qué nos basamos para creer que la existencia es eterna, tal como se nos presenta hoy?

No es que mi veta melancólica esté por predicar una cierta adicción a la vecindad de la muerte, como un modo amargo de vivir.

Lo que pasa es que es tan evidente y tan simple, pero tan negado y apartado de nuestras consciencias.

Vivimos sufriendo porque las cosas no son como deberían ser, según nuestras creencias.

Es tan sólido el hecho de que las cosas son lo que son. No lo que queremos que sean.

El sufrimiento se constituye en esa lucha, contra lo que es como es, y fundamentalmente grave es cuando se trata de nosotros mismos.

El terapeuta que soy vive de eso, de la lucha que establecemos, a veces a muerte, contra el que somos esencialmente. Digo lucha a muerte porque muchos cánceres y otras enfermedades se presentan ante el terapeuta como un lento suicidio, un castigo.

Es largo de explicar, pero a este punto me llevó el psicoanálisis, y en este punto me encontré el budismo. Es también mi punto de partida en la psicoterapia seria, el encuentro con Humberto Maturana, Todo lo dicho es dicho por alguien, y la "verdad" en la que creemos no es más que un conjunto insustancial de criterios de validación de lo que consideramos cierto.

Esencialmente, no hay fundamentos en lo que pensamos. La naturaleza es natural y eso nada tiene que ver con nuestras opiniones.

21/12/08

Maestros ascendidos, Obama y el perro de la casa

Hace algunos días me llegó una seria invitación a formar parte de una especie de cadena de consciencia y oración, por la situación de la humanidad y el desastre ecológico.

En parte de su presentación el invitante hablaba de maestros ascendidos, encarnados y otros, todos trabajando en una especie de hermandad secreta con sede en un desierto, en los que estarían todos ellos, pero invisibles para nosotros simples y pecadores mortales.

Esta hermandad de maestros invitaba a una serie de meditaciones y actividades coordinadas para los terrícolas. Todo esto, bien, cabe dentro de un modo de comprender lo humano no tan extraño en los tiempos del movimiento new age. Yo lo simplifico pensándolo como el aglomerado de un conjunto diverso de experiencias esotéricas y suprasensibles, que al momento del encuentro con lo incognoscible, predican un saber que aplaca toda duda.

Lo más curioso del fenómeno, es que los maestros se disculpaban por la demora en promocionar las actividades salvadoras del planeta y la raza, por haber estado celebrando la elección de Obama como presidente de USA.....

Jaja, me dio risa la ingenuidad de los maestros celestiales. O seré completamente básico y estúpido. Es posible. Pero qué manga de pelotudos deben ser esos maestros. Celebrando la llegada al poder de un gringo más, sólo de otro color. Nada más. Pero que con toda claridad mareado por el poder, se ha narcotizado con el american dream, y está lejos de despertar. Según me he enterado por la prensa, dentro de sus primeras preocupaciones estuvo elegir el perro que llevaría a la casablanca.... y... el anilo de treinta mil dólares para su mujer por acompañarlo en campaña.

Un gringo más.

American dream, pasa a ser ya un estado de coma del que parece que no se despierta más. Madoff estaba clarito en esto. Se aprovechó de los durmientes. Seguro que alguno se levantó a tomar agua o a hacer pipí y se despertó por un ratito, cayó Madoff. Como si la gran ilusión especulativa fuera una acción aislada de un criminal que fue uno de los gurúes del sistema...

Señores, tenemos para rato.

31/10/08

Consciencia, ¿Ideología o flujo existencial?

Me ha tenido ocupado la pregunta por la palabra "consciencia", se usa de modos diversos, y creo que en el campo psi, es una palabra crucial con usos diversos.

Mirando hacia atrás puedo darme cuenta de que usaba la palabra, para una idea relacionada con desarrollar una ideología, una posición personal ante el mundo a partir de experiencias que me impactaban en mis modos de percibir y relacionarme con el mundo. Me sentía más consciente al tener más opiniones precisas acerca de los temas de la vida.

Por ejemplo, en algún minuto me espanté al "tomar consciencia" del modo fríamente industrializado en que se producen los alimentos a los que comúnmente accedemos.

Detalles aparte, me pareció que algo que era tratado de maneras fríamente comerciales, productivas, centradas en la eficiencia, descuidaba otros aspectos del proceso de generar alimentos y que, eso inevitablemente tendría consecuencias en las vidas de los que se alimentan de esas fuentes. Exceso de tóxicos en beneficio de la productividad, etc... muy en la línea de las innumerables posturas "sanas" de la actualidad. Esa "consciencia" me llevó a ser selectivo y cuidadoso en las cosas que ingiero y doy a los míos.

Así muchas otras cosas, como el medio de transporte, ropa, uso de tecnología.... a partir de ciertas experiencias, fijaba una idea y construía con eso una ideología, una creencia de que había un modo de vivir más saludable y que eso estaba, por supuesto, en mis ideas en desarrollo.

Estaba, de lo más chocho conmigo mismo, sin duda.

Sin embargo, con el tiempo me fui sintiendo algo esquemático, un poco torpe, funcionando desde ideas que parecían muy desarrolladas, pero que sin embargo me mantenían centrado en ideas, y con ello completamente cerrado a lo nuevo de la vida que transcurre cotidianamente.

Esto ocurría al estar teniendo otros golpes experienciales en los que me sentía de lo más ajustado y cómodo en actitudes que sin embargo iban contra o estaban fuera de mis creencias acerca de la vida, experiencias que mis ideas previas (prejuicios) no podían abarcar, pero que la circunstancia de un momento mostraba como "el" camino preciso, para esa ocasión.

Algo mareado, de pronto me veo situado en un estado que hoy denominaría "más consciente". Mareado porque si bien se siente "más consciente" es de lo más ignorante, no tengo nada muy claro, cambio de opiniones constantemente, pero sin embargo parezco ser bastante más agradable para los demás... algo confuso para mis obsesivos esquemas occidentales.

Es extraño, porque en realidad me parece que no puedo definir de antemano las cosas, que traen su definición consigo, al momento de presentarse, es como si "yo" y "mis" opiniones no tuvieran ninguna importancia. Los hechos de la vida se desenvuelven conmigo en ello, con las respuestas desde el hecho mismo, no desde el pensamiento.

Hoy entonces, voy pensando en "consciencia" de un modo que no tiene que ver con conceptos previos acerca de lo que es el mundo, ser consciente, o lo bueno, sino más bien con una idea más cerca de la palabra "conección", "integración" al mundo.

Llamo consciencia a eso que ocurre cuando nos conectamos con lo que es, cualquier cosa sea eso, con nuestra circunstancia, en pleno movimiento momento a momento, y que nos lleva a actuar de un modo ajustado, preciso, a lo que es, no por pensamiento, propósitos, valores o cualquier idea, sino por, ajuste, integracíon, o, consciencia.

Es en ese sentido que comprendo la salud mental, un "ir hacia" dicha integración, incorporarse al mundo dispuesto a sorprenderse, a encontrarse con uno mismo en la vida diaria cada día, no como un progresivo conocimiento intelectual de uno mismo que acaba en una idea acerca de lo que uno es, sino como un proceso sin fin, constante dinámica de encuentro con uno mismo y el mundo, que en ese punto no son dos cosas, no son una.

De hecho precisamente, el estar demasiado identificado con lo que uno cree que uno es, basado en la historia y en la mirada de otros sobre nosotros, es lo que muchas veces nos hace rígidos para enfrentar la vida tal como es, sufrimos enormidades en el intento de torcer lo que es, intentando encajar nuestro concepto de lo que somos en lo que vamos viviendo.

Llevando esta reflexión al campo de la psicoterapia. Mi enfoque "sinclubista marxista" no es ningún chiste. Es una aplicación directa y clara de este desenvolvimiento.

Desde dos ángulos, desde el consultante, creo que queda implícitamente muy claro en todo lo anterior, busco favorecer la apertura de la rigidez de las creencias acerca de lo que el consultante es, en un primer tiempo rompiendo la vieja ideología de la "identidad", para en un segundo tiempo acompañarlo a ir al encuentro_conocimiento_efímero de sí en cada instante, abriéndolo a un estado existencial en el que uno sabe quién es, después de serlo, cada vez, para luego olvidarlo.

Desde el ángulo del psicoterapeuta, tiene mayor importancia la definición "sinclubista marxista". El enfrentarse al encuentro clínico, abierto, sin amarras a escuelas, instituciones, supervisores, modelos teóricos, conceptos de salud y enfermedad, no permite que uno se ubique dentro de un club o sociedad profesional que tienden a exigir adherencia a un modelo que por completo que sea, está en otro momento apartado del encuentro clínico que es lo que da sentido y existencia al psicoterapeuta como tal.

La cita a Groucho Marx, no es más que un refuerzo de lo mismo al tomar su frase "¿a quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?" Es lo que a mi modo ejemplifica muy bien la actitud más prescindente de juicio posible, una fenomenología del encuentro psi, muy cerca de "La Política de La Experiencia" de Ronald Laing.

La cita que también hago frecuentemente a Carlos Caszely con su "No tengo porqué estar de acuerdo con lo que pienso", será evidente que no es más que otro brote del mismo arbusto.

21/10/08

¿Sociedad del Conocimiento? (La vida, mata).

De pasada escuché en la radio a un fulano que hablaba del advenimiento de la "sociedad del conocimiento" en que se estaría constituyendo la actualidad humana, apoyado en la cantidad de información progresivamente creciente que la ciencia entrega. Lo que no dijo con claridad es que el entusiasmo de muchos con esta sociedad del conocimiento es un concepto capitalista netamente. La propiedad intelectual.

El delirio por descifrar el genoma humano como el de todo ente biológico sobre la faz de la tierra, en realidad tiene algo que ver con una pulsión hacia conocer, pero mucho más tiene que ver con el hecho de que ese conocimiento hoy en día permite hacer modificaciones genéticas PATENTABLES COMERCIALMENTE, y he ahí el chiste. LUCRO.

La Ingeniería Genética, al servicio de la sociedad del capital, genera cosas como por ejemplo, semillas de trigo que germinando para una cosecha, no producen nueva semilla. Esto hace que los agricultores deban comprar semillas cada año a los productores de esta semilla modificada genéticamente. La ventaja estaría en la resistencia a males varios y la productividad.

Es claro que en un sistema de producción agropecuaria tal, hay uno que siempre gana, el dueño de la propiedad intelectual de la semilla. Las empresas de ingeniería genética siempre ganan, cosecha a cosecha, el valor de las semillas que venden.

El agricultor, y el consumidor sin embargo, comparten el riesgo y corren con la posibilidad de perder. En un mal año, una mala cosecha o una cosecha malograda, es pérdida total para el agricultor. Para el consumidor es una pérdida relativa en la medida en que el precio del trigo cosechado, al haber poca oferta, aumenta.

Qué contraste notable. Justo hace poco tiempo había sido invitado a participar de una iniciativa agrícola inspirada en la técnica y la ética de la agricultura biodinámica y la antroposofía.

En tal sistema, los potenciales consumidores aportan un monto de recursos para que los encargados del campo produzcan. El resultado de dicha cosecha se reparte entre todos los inversionistas. Todos corren el riesgo, todos pierden o ganan en la misma medida compartiendo la condición incierta de la existencia humana.

Qué obvio se hace que el sistema capitalista se organiza de un modo tal que desigualiza la exposición ante el riesgo de vivir, inicialmente igual para todos. El Capital y sus flujos redistribuye el riesgo intentando amparar contra las variables condiciones de la existencia a unos pocos.

Ficción pura, la vida, te mata igual, con o sin plata o poder.

16/10/08

Yo, soy otro.

En alguna entrevista a Francisco Varela de las que están en youtube, por ahí deja caer la frase "Yo, soy otro" o yo, es otro.

Tremenda frasecita que evidentemente hace justicia a la trayectoria budista de Varela. Sin embargo, me quedé dándole vueltas, pues también desde el psicoanálisis aquello tiene mucho sentido.

El Yo, yo, ese que he creído ser, aquello con lo que me identifico, nace en el espejamiento de los Otros. inicialmente la madre, y en la medida en que progresa el desarrollo, se va ampliando los otros en los cuales nos espejamos para saber quienes somos.

Entretejido en esto hay mucho de Lacan. Uno se ve en el rostro de la madre para D. Winnicott. Sin embargo, cuando la madre mira al bebé, lo mira cargada de todas las fantasías, deseos, proyectos, conscientes o no, que están depositados en ese hijo, en el nombre que lleva, y en su imágen, aún antes de nacer.

El Yo, se configura así, articulado al deseo de ese Otro. Es fiel a lo que el Otro le refleja. Lo que creo ser se apega fielmente a aquello que en el Otro veo que soy.

El espejo entonces, no es cualquier espejo, es un espejo particular, de hecho único en su estructura. Casi no es un espejo, porque no espeja del todo, sólo cumple con ser un espejo en la medida en que activa nuestra imagen para nosotros cuando le hacemos frente.

Así es como, yo, soy otro.

Ese yo, otro, que soy, no es el que miraba interrogando al rostro de la madre en un implícito ¿quién soy? del que se nutre. Es lo que la madre reflejó.

Si algo soy, está más cerca del flujo de consciencia que se miró en el rostro materno para constituir esa ilusión, "yo".

El desarrollo humano, la primera mitad de la vida, consiste en la consolidación en un "Yo soy". Ilusión pura, identificación con aspectos reflejados por otros acerca de quienes somos.

Es una fuente fundamental de conflicto con uno mismo. Precisamente, si soy, yo, a la medida de otro, en algún espacio de la experiencia personal, el flujo del sí mismo, de ser, no encaja del todo en el molde puesto por otro. Lucha interna de toda la vida.

Si el proceso se da sin problemas, bien instalada la imagen, de pronto, se suelta, se resquebraja, no encajamos, no somos "ése" que creíamos ser. Tras el yo, se anuncia el Sí mismo. El Ser. Si madura en forma óptima, caen las máscaras del Yo, y surge un flujo más libre, espontáneo, hasta sorprendente e intolerable para "yo" que no se reconoce. Luego de una lucha, más o menos larga, el yo claudica, entrega su antigua hegemonía, para convivir aceptando un flujo existencial que no maneja ni anticipa.

Podría aquí señalarse dos tipos de psicoterapias. Las que ayudan en la primera etapa, la consolidación del Yo, y las que toman el segundo movimiento, la caída del imperio del Yo.

Lo Que Un Psicoanalista Sabe Según Fito Páez

Qué sabe un psicoanalista:

Un psicoanalista sabe, que no sabe.

Sabe también que su consultante no sabe que él si sabe

y cree que el doc es el que sabe.

Sabe también que su consultante estará sano cuando sepa

que nada sabe, menos su psicoanalista...

Que eso si que sabe....

Yo soy un psicoanalista,

Y me acaba de quedar claro

Pues otro (psicoanalista) que leyó esto dijo:

Éste tipo nada sabe !

Me acordé de Fito Páez, debe estar cantándole a su psicoanalista -al final del análisis- cuando dice:

"Yo no sé donde va donde va mi vidaaaaaa..
yo no sé donde va
pero tampoco creo que sepas vos !"

14/10/08

Curarse... ¿sanación o curadera?

No pocas veces me ha llamado la atención el doble significado y el juego que puede hacerse con la palabra cura, curado, curarse.

(al menos en Chile, para los extranjeros, curarse es sanar pero también es intoxicarse con alcohol).

Hoy escuchaba a un consultante hablar de ser libre, y que sólo curado (con alcohol) se había asomado a conocer aspectos de sí que luego de años de terapia está enfrentando, una mayor libertad.

De pronto dijo:
"curado solamente podría haber imaginado todo esto".

A lo que respondí en el acto:
" ¡ Claro, como ahora estás haciéndolo, curado ! "

(Yo pienso que es el principio del fin de la terapia).

Me dejó pensando también, cuantas "curaciones" momentáneas nos provee el alcohol. Cuando estamos borrachos, que podemos usar como excusa para no responsabilizarnos de nuestros actos y dichos, estando "curados", es entonces cuando estamos abiertos a quienes somos, no a la articulación obediente con lo que se espera de nosotros mismos.

Entonces, el actual abuso del alcohol, progresivo y en gente muy joven, podría estarnos mostrando cuan oprimidos nos tenemos a nosotros mismos por esta cultura homogeneizante y represiva de lo singular, de lo único, de la excepción, creyendo que es otra cosa que nuestra alucinación y creación colectiva.

Pasión de la servidumbre voluntaria, decía Étienne de la Boétie por el 1500 en Francia.

Represión y Shenpa

La idea psicoanalítica de Represión, cuando algo no puede hacerse presente a la consciencia por resultar inaceptable para nuestra propia idea de nosotros mismos o de lo aceptable e inaceptable, tiene un interesante paralelo en la práctica budista, como en otras comúnmente vistas dentro de las esoterias orientales.

Escuché una grabación de Pema Chödrön, monja budista tibetana y parte de la organización Shambhala. Habla de un concepto que no había escuchado antes, aún cuando es una idea implícita y englobada en los conceptos de ego y apego (ap_ego).

Shenpa. Se refiere al hecho de que en la meditación, sea práctica sentada o en momentos post, cuando estamos invitados a abrirnos, suspender todo juicio acerca de lo que se nos presenta en la mente, abandonar bueno o malo, simplemente, estar ahí. Convivir con esas presentaciones. A veces esto se nos hace imposible, quedamos enganchados a un autoconcepto que no admite vernos de cierta manera. Un proceso del ego que nos cierra, nos cierra a la experiencia llana, fundamental de nosotros mismos tal cual fluye. El camino budista se dirige a esto. Se habla de hacerse amigo de uno mismo.

Esto me recuerda la idea de R. Laing, psicoanalista inglés mistificado como antipsiquiatra por su valiente enfrentamiento al modo opresivo con el que el mundo de la salud mental "trata" a los consultantes.

Laing habla, en "La Política de La Experiencia" de la diferencia en el plano terapéutico de enfrentar al consultante como un objeto para cambiar, versus alguien para aceptar, tal como es, acompañar su autodescubrimiento.

Los budistas zen te dicen "za zen", siéntese honestamente. El encuentro terapéutico (y concibo al psicoanálisis tal cual), lo concibo de ese modo, una reincidencia insistente en sentarse honestamente, con uno mismo, sin juzgar, hacerse amigo de uno.

Impecable Lógica Freudiana

Escuchaba a un amigo, gran profesor y psicoanalista.

Una alumna en clases le pregunta, ¿Cómo puede uno saber si el sexo oral o anal no le gusta porque no le gusta o porque es un deseo reprimido?

La freudiana respuesta:

Si sientes rechazo, debe ser porque te gusta.

Si te gusta, .... es porque te gusta..

Causa cierta gracia, si no fuera porque revela el viejo truco freudiano y de miles de terapeutas. Si no sabes lo que te pasa, yo lo sé, y si no te cuadra, seguro que es porque tengo razón.

Es de esta manera como Freud, que podrá tener muchas genialidades pero como clínico era un aparato, destruye a Dora en su propio relato clásico.

En un modelo psicoterapéutico más actual a mis ojos, el punto no es que la afirmación acerca de los posibles deseos ocultos a uno mismo no sea correcta.

La clave está la fuente desde donde se obtiene dicha verdad. En el caso freudiano, como en todo modelo positivista que reclama una posición objetiva de saber acerca de un objeto_ahí separado del yo_observador_aquí, la verdad la tiene el experto. El consultante es pasivo, y si rechaza lo que se le propone como cierto, confirma la enfermedad y la hipótesis.

El lugar de la verdad en el otro. (Yo, soy otro, escuché decir a Francisco Varela refiriéndose a la engañosa idea de que yo, "soy yo". Yo, es otro)

Otra es la óptica de un enfrentamiento distinto, que acompaña al consultante a encontrarse con sus verdades, sean las que sean. En una de esas arriba a la misma idea, pero es totalmente otra cuando emana de una indagación personal.

11/10/08

Viagra times

Evidentemente la revolución viagra, ha cambiado muchas cosas en el plano de la intimidad sexual humana.

No hace mucho, en un café post congreso en Buenos Aires escuché a un connotado psicoanalista freudiano de alto cargo y charretera en el freudian stablishment porteño, señalar entusiasta, agradecido y mirando a los cielos:

"menos mal que tenemos Viagra, ahora los hombres podemos hacer frente a la demanda sexual femenina cada vez más exigente".

.... qué habrá entendido este caballero por "psicoanálisis"....

9/10/08

Ciudad sin semáforos

Hace unos días leí que en una ciudad al parecer alemana, estaban en un programa de retiro de semáforos. Se decía en la nota que se esperaba que esto hiciera a los conductores desarrollar una conducción más basada en la interación de miradas y gestos.

Lo encontré notable. Hace años ya me había llamado la atención en Buenos Aires, que visitaba regularmente, como en algunas otras grandes ciudades, que siendo muy extensas, con alta cantidad de vehículos, había pocos semáforos. En Argentina es además notable que cuando uno maneja un auto, todo es más caótico, en las autopistas nadie se mantiene en su pista, se da una danza, parece un río que fluye, la gente entra al torrente y se entrega, los autos van más próximos, se acercan más, y nadie se espanta.

Por contraste, la experiencia de conducir en Santiago de Chile es diferente. La gente es más regluda, se mueve menos de su pista y si alguien lo hace o se les acerca demasiado entran en pánico de bocina, de la que se cuelgan impúdicamente.

Siguiendo el estilo regludo, estamos llenos de semáforos, cada vez hay más y más próximos unos de otros. Es impresionante que la gente necesite una lucecita de color en lugar de mirarse con los otros conductores para poder fluir por las calles.

Me hizo pensar esto, en lo humanamente desconectados que somos los Santiaguinos, lo maquinales, lo cuadrados. Encerrados en nuestra autoburbuja provista generalmente de música que consolida el aislamiento, de un buen celular infaltable, nos movemos por la ciudad encerrados en nosotros mismos, siguiendo las claves computacionales de los semáforos más que cualquier señal del ser humano que está prójimo a nosotros.

4/10/08

La Atención no flota en Pisco Sour....

Tengo que desarrollar más la idea, pero es una respuesta frente a un cuestionamiento a mi progresivo abandono de estimulantes en general.

Mucho se puede hacer por la vía ideológica, esforzarse por una vida sana. Pero me da la impresión de que cuando uno sintoniza conscientemente, todas las prédicas de lo saludable se vuelven absurdas pues emerge una claridad diáfana de lo que uno necesita o no.

En el plano de las ingestas, por ejemplo, me es muy claro que al día siguiente de consumir alcohol, o comida en exceso, la experiencia de la meditación se enturbia notablemente.

La atención flotante es una vieja premisa freudiana del modo de enfrentar la experiencia clínica en psicoanálisis, posteriormente Bion la llevó al "sin memoria y sin deseo" y actualmente algunos psicoanalistas con un baño de budismo hablan de "presencia plena" o el mas chic "mindfullness".

En ese sentido cuando se tiene la experiencia "limpia" del estar ahí sin mucho tóxico encima, queda muy claro que la atención, no flota en pisco sour, más bien se hunde.

2/10/08

ReLiGare (Religión Inteligencia)

(Homenaje tardío, y algo cínico, a doña Julia González. Básicamente una vieja jodida y brillante que era el númerito central (y rotativo) en una escuela de psicología de la Universidad de Chile en los años en que la limpieza de la dictadura dejó poco más que tristes ayudantes en el lugar de académicos. Una señora que pudiendo haber sido un gran aporte enfermó de autorreferencia en un lugar en que debe haber sido la única que había leído y pensado acerca de ello).

Me preguntaron en tono de desafío algo amenazante "¿cuáles son tus creencias?"....

Me quedé intacto, e ipsoflato como diría Papelucho pensé, "ninguna"....

Aparte de que no creo en nada, ni en mí a estas alturas, no creo tener "creencias" en el sentido de profesar alguna fe.

Al rato pensé, "no, no "ninguna" sino más bien, todas".

No soy un experto, pero con los años de revisar escritos, escrituras y comentarios de la más diversa índole religiosa, siempre me quedo con ciertas impresiones muy claras.

Una es que hay que distinguir claramente el mensaje, la enseñanza, lo que profesan las escrituras, lo que dijo el profeta, las revelaciones que se le presentaron al fundador o al santificado por el grupo.

No sigas al maestro
Escucha su enseñanza

Tiendo a entender dichas enseñanzas como la expresión pasional de alguien que ha tenido una experiencia mística, un súbito arrebato del ser supremo que emerge universalmente desde el núcleo del individuo abriéndolo entero.

Lamentablemente, no puede aprehenderse ni el mensaje ni la experiencia a través del estudio o lectura de las palabras del profeta o portador de la verdad.

Y desgraciadamente, y aquí viene la segunda distinción, a eso se dedican las instituciones religiosas, los grupos humanos que se apoderan del mensaje del profeta cosificandolo en rituales y formas, instalando órdenes jerárquicos supremos que enferman de todo lo enfermo que las dinámicas del poder y sometimiento humano traen.

Es curioso, pero el fenómeno es el mismo trátese de la creencia de la que se trate. Creo que las verdades de los profetas son esencialmente las mismas, las formas de las instituciones formalmente distintas, revestidas de las culturas y épocas donde se desarrollan, pero las dinámicas del poder y el sometimiento que emergen desde la posesión de la verdad universal son muy similares de un grupo religioso a otro.

Si me tuviera que inscribir en alguna religión, sería más bien en una práctica, budista.

Hago la distinción entre religión y práctica, en el sentido de que la religión aporta explicaciones, respuestas a lo incógnito incognoscible, aquello que no puede alcanzarse por la vía del conocimiento racional, aquello que sólo entra en el campo de la experiencia, el fenómeno en cada uno. La práctica budista, en particular la zen, me simpatizan en la medida en que te sientan ahí mismo, ni más allá, ni más acá. Y eso es todo. Zasen, sentarse honestamente.

Creo sin embargo que las escuelas budistas, como todo grupo religioso, son la contradicción misma al mensaje profundo del Buda, como de Jesús, Mahoma, Eckart, Santa Teresa, Patanjali o quien sea.

El mensaje básico, conócete a tí mismo.

La clave está en qué se entiende por "conocerse", a qué tipo de experiencia apela.

Es en este punto donde el psicoanálisis destilado por Bion me parece el más fiel a lo esencialmente psicoanalítico.

Se trata de "devenirse uno mismo" en una experiencia vehiculizada por las palabras y las esencialmente fallidas interpretaciones que no tienen otra función que arrojarte al encuentro de tí mismo. La verdad cruda de lo que eres que destroza toda idea o ideal, desnudándote para abrirte a la vida misma.

4/9/08

La TV y los niños.

Me he visto inmerso en la discusión acerca de la televisión y los niños en diversos lugares. He visto que ha estado en la prensa a partir de la posición del gobierno francés de prohibir la tv a menores de 3 años.

Es difícil pensar el asunto no siendo un experto. Sin embargo me pregunto. ¿Necesitan TV los niños? ¿Alguien la necesita realmente? Respuesta única es imposible, dejo abierto eso.

Caigo luego en la inquietud, al no poder responder lo anterior, y me pregunto, ¿para qué sirve la tv en los niños? reviso mi experiencia y veo que en una parte importante del tiempo los niños que ven tv alivian a sus cuidadores de prestarles atención directa. Se aprovecha el efecto de capturar la atención por largos períodos. Se entretienen, están ocupados en algo.

Creo que muy secundariamente, y sólo ante groseras situaciones, los adultos a cargo realmente se preocupan por el contenido que reciben los niños.

Dada la realidad cotidiana de la población general, ciudadanos atribulados por sobrellevar las demandas cotidianas, el pago de sus obligaciones económicas y el desempeño laboral, es evidente que la tv es una gran ayuda al ocuparse de los niños liberando en alguna medida al adulto.

Recuerdo haber visto varias veces la opinión de expertos que dicen que la tv en niños está bien si es acompañada por un adulto que ayuda a tener una actitud activa y crítica acerca de la experiencia televisiva.

Me he preguntado varias veces en qué dimensión de la experiencia humana vivirán tales expertos. Su propuesta involucra adultos con tiempo disponible para sentarse tranquilos con los niños a ver tv, cuando lo que vemos es que se usa la tv en los niños para disponer de tiempo.... Muy sabido es también que los mismos adultos no tienen una experiencia activa ni reflexiva en su propio tiempo de ver tv, la que muchas veces se usa literalmente para "desconectarse".

Si el mismo adulto no tiene claridad del uso que da a la tv, y vive contra el tiempo ¿podemos esperar que tome una actitud tan desarrollada como la proponen los expertos?

Creo que nuevamente el dedo que apunta la luna o el sofá de don Otto vienen al caso.

¿Es la tv el problema en la educación y el desarrollo de los niños?

¿Qué pasa con cómo vivimos?
¿Cómo acoge la sociedad los hogares monoparentales?
¿Es la vida de departamentos apropiada para el desarrollo?
¿Qué modelo de ciudad y urbanismo estamos siguiendo?
¿Qué ofrece la ciudad y la sociedad como apoyo al desarrollo del mundo familiar?
¿Es el horario laboral adecuado para criar y educar niños?
¿Es el trabajo de ambos padres beneficioso para el desarrollo infantil?
¿Hay alternativas de calidad para dejar a los niños en horario laboral?
¿Es el trabajo de los padres digno, racional y nutritivo para la vida familiar?

Podremos seguir por años discutiendo acerca de la tv, que siempre ha sido criticada como mala, pobre y poco aportadora al desarrollo por los mismos televidentes.

Paradojal, es tan simple apagarla. Nos quejamos y seguimos enchufados.

La tv no es más que un potente instrumento de adoctrinamiento humano. ¿Al servicio de qué intereses está actualmente?

¿Seguimos mirando el dedo?

La luna está lejos.

La tv no es "algo" allá, ajeno. Somos nosotros, la creamos, compramos su mensaje, nos endeudamos por ella. Es nuestra creación, es un reflejo de nosotros mismos.

Si nos preguntamos si la tv es apropiada para los niños....

¿y cómo andamos por casa?

¿Somos nosotros, padres, educadores, cuidadores, familiares, terapeutas, etc... apropiados para los niños y su desarrollo?

Uy, qué susto.

2/9/08

Peras

Escribía y miraba por la ventana,

De pronto me percaté:
llevo dos días
percatándome sin percatarme
del crecimiento visible,
móvil
de una semilla de pera
que tiré en un macetero
cuya planta original había muerto.

Juro que veo moverse la planta
entusiasta lanzada al encuentro del cielo
ramificando su integración

Saliendo de lo uno semilla,
al encuentro del todo - nada.

Los árboles son un puente

Las raíces del cielo en la tierra.


¡ Qué fantástico !

28/8/08

Integración y salud. Todos somos uno.

La idea de integración acompaña a todos los modelos de psicoterapia que conozco. La palabra misma alude a componer en un todo las partes, re-unir.

Las dificultades psicológicas pueden fácilmente ser vistas bajo la idea de fragmentación, escisión, disociación, en simple, desconección. Algo se aparta de un todo conformando una parte. Es ya un lugar común de la cultura "psi" el decir que alguien está "desconectado" de sus emociones, de su cuerpo, etc...

No nos es ajeno tampoco el discurso más propio de la cultura "new age" que engloba diversas corrientes espirituales, esotéricas. Todas ellas apuntan sin duda al apartamiento del resto del universo en la que los terrícolas vivimos. Sintiéndonos apartados del funcionamiento de la maravillosa dinámica cósmica.

También está el conocido y manoseado discurso ecológico, que apunta a lo apartados que vivimos del ambiente natural, y humano, que nos rodea en diversas escalas. La integración, la reunión, el todos somos uno es el norte de esta mirada.

Finalmente todo confluye, las tendencias hacia el desarrollo de lo humano coinciden en la idea de la integración en todos los niveles.

A mi entender el desarrollo de la persona humana, la salud, está determinada precisamente por la integración, más allá del modelo psicoanalítico que es el que más conocí, quizás coincidiendo con el mundo transpersonal, con las ideas de Jung, la integración del individuo en sí, mente, cuerpo, su entorno, familia, trabajo, el suelo que pisa, los seres vivos no humanos que lo rodean y lo alimentan, pasando al cosmos, sus fuerzas. Yo no tengo una experiencia directa, pero cómo va a ser posible que las inmensas fuerzas que fluyen en el cosmos del cual somos una pequeñísima parte, no tenga una influencia sobre nuestras vidas.

Las múltiples formas de enfermedad de lo humano, pueden ser vistas como distintos niveles de desconexión con los múltiples niveles en que somos todos uno.
Recuerdo el impacto que me causó la lectura de un texto del monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh, que dice que si eres poeta, al momento de leer su texto ves entonces la nube que flota sobre el libro... la nube que regó los árboles del cual salió la pulpa que dió lugar al papel...... .... ... ..

No tengo tiempo, luego existo.

(Para Revista Cuaderno nº1)

El tiempo no existe, sin embargo de esa lana tejemos nuestras vidas. El tiempo, como el dinero y las matemáticas son especulaciones. Pliegues de nada, vacío infinitamente doblado sobre sí mismo constituye algo, ilusión. Pensamiento. El tiempo aparece cuando pensando nos salimos del presente, del estar ahí mismo donde somos a cada momento. El pensar en su origen es un modo de relacionarnos con lo que no está, anticipamos acontecimientos creando complejos escenarios mentales donde manipulamos ampliamente nuestra vivencia de lo que es real. Al salir así de eso, que es, eterno presente, entramos en el infinito espacio mental, dominio del ego y las ideas todopoderosas. Salimos de eso presente y entramos en el ego tiempo mente. Catapultados así hacia lo futuro, vivimos persiguiendo nuestras ilusiones. Ahí anidamos la vida, escapándole a la inmediatez existencial donde todo se juega ya mismo. Ahí, aquí, ahora. El tiempo aparece como la dimensión de la distancia a la que estamos de nuestros deseos. Deseo y tiempo, circulan por las mismas vías de la nada mental. Deseamos... lo imposible, en el tiempo.... que no existe.

Vivimos hoy el futuro como si lo conociéramos, lo que vemos adelante es el pasado como en un espejo retrovisor que nos habla del futuro desde lo ya vivido, sorteando el misterioso infinito, vacío y sin forma del porvenir. Memorias del futuro decía Wilfred Bion. Miramos ciegos al presente, al futuro que no existe, y vemos lo pasado que confundimos con lo futuro.

Lo que imaginamos para mañana cubre lo que estamos haciendo ahora. Pensar en pasar a pagar una cuenta al otro día, los obstáculos que podemos encontrar... ocupados en que no hemos tenido el tiempo de ir a cortarnos el pelo, comprar calcetines, cambiar el celular, o pasar a revisar el boleto de kino, nos saca del momento ansiado en el que estamos al fin en casa, momento que cuando llega, ya no estamos ahí para disfrutarlo. Estuvimos ahí en el pensamiento antes de su realización, estuvimos ahí en el tiempo... no estamos en el presente.

Vemos transcurrir la vida sin tener el tiempo suficiente para compartir con los nuestros, en eso nos ocupamos mientras estamos en el café con algún amigo, o cuando estamos en el día a día con quienes trabajamos, el quiosquero de la esquina, la chica que nos sirve el almuerzo o la señora que asea los baños de la oficina, esos nuestros que por desconocerlos se nos pasan por delante, farreándonos la vida misma, en el tiempo.

Añoramos tiempo para nuestra pareja, cuando estamos juntos, no deja de ser notable, berreamos por tener tiempo para "nosotros mismos" a la vez que ensoñamos escenitas con las otras personas con las que podríamos haber convivido o a la que podríamos tirarle las manos gustosamente sin compromisos. Esperamos un momento propicio para desatar nuestras pasiones en el ring de cuatro perillas, estando en medio de ellas ya no nos sorprendemos al vernos pensando en las tareas pendientes, en qué cocinar para mañana o en las pechugas de la vecina.

Trabajamos para para unas merecidas vacaciones, vivimos el presente enganchados a esa promesa. Ocio, naturaleza, actividades novedosas, quizás bellas ciudades y cómodos hoteles... un abanico de espacio personal y asombro en potencia. No pasarán dos o tres días (o minutos) de llegar para que ya con nuestra mente estemos enredados planificando cómo ocupar el tiempo que nos abruma al tenerlo libre, o de vuelta en nuestra cotidianeidad organizando el año que comenzará... si es que aún habitamos esta dimensión...

...Como si caernos muertos en este mismo instante no fuera una posibilidad... ¿No es un milagro despertar cada día? Morir es cierto, decía Roser Bru con una serie de grabados. Pero claro, creemos tener tiempo, porque el tiempo es nuestro, es mental. Es el espacio mental. Las ideas todo lo pueden. Somos dioses. El tiempo, sangre de dioses, es el éter que llena ese espacio mental.

La existencia ocurre, la vivencia existencial se nos juega en la mente. Pienso, luego existo. Jacques Lacan, el perro, dijo algo así como "Allí donde no pienso, existo", también planteó dentro de los objetivos de su terapéutica la desconsistencia del asegurado ego, el confiar y entregarse al inconsciente, a eso, que es. No son pocos los que, dentro de un plano más declaradamente espiritual se plantean la entrega al misterio, resignando la existencia a un espacio sin garantías.

Todas las garantías, seguros, guardias,, cercos eléctricos, barrios protegidos, ahorros, inversiones, planes de jubilación etc... las cosas en las que creemos y confiamos, son anticipaciones en el tiempo, que no existe. ¿Qué es vivir? Por un lado jugamos nuestros esfuerzos cotidianos para sostener la ilusión de una vida garantizada que la sociedad del consumo nos ofrece en cómodas cuotas sin fin, por el otro lado vivimos en la construcción de ilusiones en el tiempo, que cuando llegan para ser disfrutadas, ya no podemos asir porque estamos ocupados en la siguiente quimera. La mente es una enfermedad, decía Donald Winnicott. Algunos budistas aspiran a la budeidad de un gato, acto perfecto sin tiempomente, sintonía pura con lo que es. La sabiduría Nike "Just do it".

Termino con una historia que debe ser viejísima, me ha llegado de fuentes tan diversas como algún cuento sufi, o budista, y nuestro clásico Condorito. Se trata de un hombre, un campesino sentado pescando a la orilla de un río una plácida tarde de verano. Pasea por ahí un acaudalado hombre de negocios, disfrutando unos días de vacaciones. Se acerca al pescador y lo observa, vestido con pobreza, su caña de pescar es literalmente una caña, sin tecnologías ni sofisticaciones. Se acerca y se produce el siguiente diálogo:

- Buenas tardes buen hombre.
- Buenas tardes patrón. ¿anda paseando?
- Si, y usted...
- Aquí, pescando alguna cosita para la sartén..
- Dígame... ¿nunca ha pensado comprar una buena caña de pescar?
- ... no... ¿y pa'qué?
- eeh.. bueno, para que pueda aumentar y mejorar la pesca.
- ... mmeee..
- a ver, obvio pues, para tener unos pescados para vender en el pueblo.
- ¿y pa'qué?
- Bueno, para poder comprar un bote, y sacar más pescado.
- ¿y pa'qué?
- Para aumentar las ventas y poner una pescadería.
- ¿y pa'qué?
- ¡ Para juntar antecedentes como PYME y pedir un crédito !
- ¿y pa'qué?
- ¡ Para construir un frigorífico y comprar camiones y tener una cadena de distribución a lo largo del país !
- ¡¡ ¿y pa'qué? !!
- ¡¡¡ Para generar recursos, entrar en bolsa y comenzar un negocio de exportaciones !!!
- ¡¡¡ ¿y pa'qué patrón? !!!
- ¡¡¡ Obvio pues huaso bruto, para ganar PLATA, mucha, muchísima PLATA !!!!
- ¡¡¡¡¡ ¿Y PA' QUÉ PATRONCITO? !!!!!
- ¡¡¡¡¡ PARA TENER TIEMPO PARA VENIR DE VACACIONES A PESCAR AL RIO !!!!!!!

20/8/08

¿ECOlogía o EGOlogía?

Esta moda pareció ser en algún momento un gran despertar a la consciencia de nuestro lugar en el sistema planetario y nuestro rol como integrados participantes de la cadena de la vida, o de brutos explotadores de cuanto recurso encontramos, sin otra consideración que el más inmediato y básico principio del placer.

Mucho se habla, se escribe, en nombre de la ecología. Sin embargo, sin ponerse muy fino en la observación uno se encuentra con quienes se hacen vegetarianos pensando en vivir mejor, pero no tienen la más mínima inquietud en relación al brutal sistema de tortura y masacre en el que se produce la carne disponible para el consumo. Comen orgánico, lo que está muy bien, pero ahí se quedan muy tranquilos sin interiorizarse del problema que implica lo transgénico, los pesticidas, los usos abusivos del suelo agrícola.

Otros, enarbolan sus banderas ecológicas para protestar por una antena de telefonía celular, muy próxima a sus hogares o muy fea para ser aceptada en un amable barrio burgués. Algunos se conforman con el disfraz de palmera que está en boga, otros se calman si les corren la antena lejos de casa. A nadie parece importarle el conciudadano (generalmente más pobre) al que le llegará la antena desplazada, o las consecuencias amplias que tiene la cultura celular como modo de vida.

El mejor ejemplo de lo que me inquieta, es nuestro flamante Capitán Planeta, que en un momento de cósmica inspiración ecológica, anunció con desfachatada autoridad, que la solución para la contaminación de los humedales de Valdivia, por la planta elaboradora de papel, era ni más ni menos que.... sacar un conducto desde la planta hasta Mehuín, caleta pesquera cercana a Valdivia, y tirar allí todo lo que destruyó la vida en los humedales. En su momento se hizo un reportaje a la planta que dio el modelo para la que hay en Valdivia, una planta Finlandesa, ellos tenían 3 etapas más en el procesamiento de deshechos, y obtenían agua potable al final de la línea. En Chile sencillamente se construyó la planta a medias, con énfasis productivo.

Es decir, mi discurso ecológico y mi metro cuadrado. Listo. Barrer la mugre bajo la alfombra.

¿Cuál será la lógica?

a. Si no lo veo, no existe
b. Dale no más, total los chilenos son imbéciles
c. El Mar es una planta de procesamiento de deshechos natural

No sé, pero más que una ECO lógica, suena a una EGO lógica.

18/8/08

Abandona todo y ven.

Muchos maestros del espíritu en diversas citas aparecen invitándonos a dejar todo tras ellos o tras Dios o algo similar. El bello mensaje de Jesús está dentro de la misma línea.

Probablemente muchos ya lo hayan entendido así. Pero yo veo un profundo llamado a hacernos realmente más de lo que es nuestro, abandonándolo.

Sí. Abandonando lo que compartimos de la vida, los hijos que tenemos, a los que tenemos cerca, nuestras posesiones.

Puede entenderse con facilidad como una invitación concreta a irse, lejos.

Muchos lo han entendido así, harapientos, fuera de la sociedad, lejos de los que los rodearon y los que podrían rodearlos.

Otros, un poco más elaborados encontraron refugio en monasterios y disciplinas religiosas, dejando tras sí todo lo que era su vida.

Caminos hay muchos, y quizás la invitación de los maestros del espíritu, es una invitación universal, que a cada uno toca. Así como hay monjes en la soledad de un monasterio, ermitaños en algún rincón metidos en sí mismos. Habemos otros imbuídos en el hacer familia, conformar comunidad.

Creo que también nos cabe la invitación a abandonar todo, pareja, hijos, etc...

Creo que la invitación es a abandonarlos como posesiones nuestras para dejarlos ser. Aceptar que no somos dueños del destino de nadie, ni siquiera del propio.

Entregarse a la aventura del ser implica abrirse a lo incierto del existir, abandonando la esperanza feroz que destruye nuestras familias y nuestra sociedad día a día.

La loca expectativa de que los demás están ahí para satisfacernos, para llenar nuestras carencias, cumplir nuestros sueños frustrados, seguir el camino que nosotros creemos mejor para ellos.

En pareja, ¿no es éste el nudo más habitual? ¿Amamos? o más bien queremos para nosotros al otro como un recurso en el cumplimiento de nuestro sueño...

A nuestros hijos, ¿será Amor? ése del que tanto hablamos, con el que nos llenamos la boca, hacerlos puré para meterlos en el formato de lo que nos parece decente, bueno, sano, correcto, etc... Quizás en el cuidar la infancia no haya tantas dudas, pero cuando nuestros hijos comienzan a declararse personas, otros, etc... en plena adolescencia, ¿los amamos?

¿Cuánto nos desespera que los demás no estén para cumplir nuestros sueños?

Cuánta vida derramada en el intento de vivir "como Dios manda".

Como Dios manda.... jaja, debe haber muchos dioses, porque al parecer todos sabemos lo que Dios manda... o será.... que en el fondo cada uno de nosotros se erige en un Dios autoritario al cerrarse a la deidad que somos todos, en el núcleo mismo del ser.

El ser que somos, no el que querríamos ser.

12/8/08

"El Planeta" en crisis y la EstetÉtica tele.visiva"

Escuchaba a un grupo de personas muy preocupadas por el planeta y los catastróficos eventos actuales y previsibles para un futuro cercano dada la actual evolución geoclimática y geopolítica.

Sin embargo, nos veía como grupo, llegamos en flamantes camionetas, vivimos de una manera común y corriente, y al hablar de la crisis planetaria parecíamos estar hablando de algo que sucede "allá" en "El Planeta" que parece ser un lugar "allá" en nuestras mentes. ¿O en la pantalla de tv?

Se habla en términos del precio del petróleo, de los gobiernos de las grandes potencias, de los nuevos equilibrios con la incorporación de India y China al gran baile del Capital... Todo por allá, lejos, en "El Planeta".

Una serie de sabias e informadas reflexiones de un grupo de personas que evidentemente leen los diarios, ven noticiarios en tv, escuchan debates radiales.

Es curioso que el estar tan "informado" y "conectado" finalmente te lleve a estarlo a algo por allá, o "ahí" pero no "aquí" en tí mismo y donde pones tus pies. El problema es "de la tierra" "de la humanidad" "de los gobiernos". Pero no de cada uno.

Entonces, vamos al cine con los niños a ver Wall-e espeluznante y extrarealista fantasía de Disney respecto a la crisis planetaria. Termina la película, sale la gente del cine y la sala queda plagada de kilos y kilos de basura de todo tipo, destacando por supuesto los envases plásticos.

Ahí algo me cuadró, la crisis planetaria sucede allá, en una pantalla, en el cine o la televisión. Asistimos a nuestra realidad cotidiana desde la dimensión televisiva, la vemos desde lejos como si no nos perteneciera.

Vemos nuestra propia destrucción sentados cómodamente en nuestro home theater o en las mullidas butacas de cine, rellenándonos como pavo navideño de "comida" que no necesitamos y que luego nos exigirá invertir vida en médicos, gimnasios y dietas, por supuesto.

Salimos de la pantalla y no nos preocupamos más, vivimos nuestra vida sobre el planeta que se agota, sin medir como cada uno de nuestros actos y omisiones está inmerso en la trama que podemos ver en un documental televisivo acerca de la crisis global.

La crisis global es acá, en tu casa que consume lo que ya no podemos darnos el lujo, en tu dormitorio cuando alienado por la pantalla que te arrulla con excrementos culturales ya no sabes ni con quién duermes, en tu barrio en el que encerrado en cada hogar transcurren dramas personales que si hiciéramos nuestros, de la comunidad podríamos llevar de un modo tan distinto.

Hace unos pocos días tocó el timbre de mi casa una mujer, desesperada, agotada, consumida por la angustia y ya habituada. Todo esto podía leerse con facilidad en su impronta que revelaba también que había visto mejores tiempos. Educada, algo humillada por lo que estaba haciendo, o más que humillada anticipándose a la humillación del rechazo, me explica que vive a unas pocas casas y tiene un hijo de 15 años consumido por una grave enfermedad pulmonar, ya terminal. Su agonía se alivia con oxígeno que ella ya no tiene con qué pagar. Iba casa por casa pidiendo ayuda. Eso ocurre a metros de mi dormitorio. Y yo me ocupo de cosas que ni sé, pero me dicen los medios...

¿Tienes empleada puertas adentro? ¿sabes realmente quién duerme en tu casa? ¿qué necesidades tiene? ¿O es simplemente una funcionaria te basta con que haga su trabajo y se trague su frustración y amargura? Si tienes suerte es extranjera, y la intensidad de su desesperación hará que no muestre nada que pueda perturbar tu dulce sueño, bien consolidado con medicamentos psiquiátricos que no te dejen despertar, claro.

¿Cuántos de estos dramas están en la casa de al lado, en la nuestra? Mientras en el cubículo aislado del costado otros pueden estar preocupados de la compra del último celular o de la acumulación de imágen en el próximo vehículo ultimo modelo.

La crisis global no está en la televisión. Está en tu casa.

17/7/08

Moral y Ética y lo que Dios manda... (sobre una idea lacaniana de Norberto Rabinovich)

Tema antiguo y ambiguo, dos palabras que siempre he visto usadas con un área de intersección amplia. Diversos significados, sesudas cavilaciones. Nunca del todo aclaradas.

Recibí un texto de Norberto Rabinovich, parte de un seminario alrededor de sus ideas teñidas de Lacan.

Extraje de ese escrito una conclusión notable, es ético un acto que transgrede una ley. Es moral lo ceñido a la ley.

Sin embargo, lo ético pareciera transgredir no cualquier ley, no es de andar rompiendo leyes para dárselas de ético.

De hecho el rebelde que vive en la ruptura de la ley, puede ser tan moral como el que más sin saberlo, pues sigue ceñido al problema del respeto por la ley.

La ley que rompe el acto ético, es la ley que ordena respetar la ley. La ley quebrantada es la ley del Otro.

Dice también Rabinovich, más de una vez, que el psicoanálisis es un acceso ético.

El síntoma no es ético, creo yo que es moral. El síntoma es un acceso autorizado (legal) al sufrimiento, sin que se tome en cuenta lo que comunica. Ni el "enfermo" lee lo que su síntoma porta.

Ser moral es sentirse enfermo de no ser como Dios manda.

Listo.

23/6/08

El que se suicida va preso. Chaitén y la falta de respeto.

Siempre me ha causado impresión el hecho de que los individuos seamos propiedad del estado.

Tal afirmación puede sonar extraña, pero la ley penaliza el suicidio, o el intento. El que se suicida, va preso. Si sobrevive, claro. Y si además es pobre, está poco informado o no tiene acceso a alguna red de influencia de menor grado que permita, en alguna buena clínica privada, hacer de su falta a la ley una pirueta que la convierta en una indigestión u otro accidente que cubra y explique las intervenciones médicas aplicadas.

Es como el aborto. Otra frontera de la propiedad de la vida de los individuos.

Es aquí donde la palabra "sujeto" alcanza su expresión más directa y concreta, un individuo está sujeto por el estado que lo sujeta.

El estado se apropia, sujeta a sus sujetos, con ello les resta su dignidad y responsabilizándose por ellos, les irresponsabiliza. Resultante, una masa social de sujetos o sostenidos que esperan de su sostenedor el sustento de cada día.

Esta sujeción es interesante en otro ámbito muy vigente por estos días de catástrofes volcánicas, pluviométricas y fluviales.

En el caso de la catástrofe de Chaitén (como se ha visto a lo largo de la historia de Chile) hemos visto por los medios sujetos indignados reclamando por la ayuda recibida, esperan recibir del estado la misma casa, la misma vida, la misma situación anterior a las furias ígneas.

Es decir, el estado o sostenedor, en tanto sujetador de sujetos, es a la vez garante (siempre fallido) de una vida sin sobresaltos. Los sujetos al recibir la ayuda se sienten con derecho a esperar todo de la máquina estatal, incluso la eliminación de las consecuencias de una manifestación de la naturaleza, en nada sorprendente, del todo natural y esperable.

¿Cómo actúa el estado para mantener y aumentar el problema?

Simple, tratando a los sujetos como perfectos idiotas, adueñándose de sus vidas. Por decreto se obliga a todos los habitantes de la zona de seguridad a abandonar el lugar. Los sujetos son tomados por el gobierno. No hay libertad para decidir el propio destino ni los propios riesgos. En ese mismo acto se firma el pacto desde el cual el sujeto es desprovisto de su autoridad sobre sí mismo, gustoso la entrega sentándose a reclamar de ahí en adelante, furioso, por lo que siente que le debe su nuevo dueño, el estado.

Los volcanes hacen erupción, el mar y los ríos se salen de su lugar, la tierra se calienta, todo cambia, la vida fluye impredecible. Morir es cierto. ¿De adónde un pickle gobierno terrícola puede ser exigido a responder por los hechos de la evolución del planeta?

¿Somos lo que comemos?

Con el añejamiento propio de la cuarentena, me ha venido una serie de inundaciones extrañas.

Solía ser un carnívoro de asados dominicales, mínimo, acompañados de buenos vinos que en el mejor estilo joven ejecutivo con curso de cata podía distinguir con la más agotadoras de las pituquerías. Acompañaba estos eventos, no se si para coronar las pituquerías, o para aturdir la consciencia ante tanta gula, con un buen puro y no pocos cafés, de grano por supuesto y ojalá expreso.

Un par de años han pasado en que misteriosamente he ido alejándome en forma espontánea y sorprendente para mí mismo, de toda esta serie de refinamientos "vernáculos". Junto con una serie de cambios amplios en mi forma de vivir, me he ido encontrando con un visceral rechazo ante mis habituales gustos y formas de alimentarme.

Con ello, y en conjunción con la aparición de un notable local de delicias orgánicas, he comenzado a disfrutar de las verduras bien soleadas, alimentadas por la tierra, y poco acompañadas de químicos. Mucha legumbre, buen aceite de oliva y hasta una dosis semanal de ese extraño quesillo con sabor a esponja, el tofu.

Dentro de mis correrías por el amplio mundo psi, me encontré viendo un documental de un centro zen, el regente, explica el significado de las extrañas palabras que repiten sentados a la mesa a la hora del almuerzo, en los retiros. Se trata de una serie de frases que recuerdan a quienes van a alimentarse, que lo que comen fue sembrado y trabajado por campesinos, nutrido por la tierra y regado por las lluvias, a la vez que energizado por el sol. Algo me pasó a partir de ese día, mientras como, muchas veces me he visto imaginando al sol radiante, la tierra, el agua, los campesinos, y como esas hojas o granos que mastico, de algún extraño modo concentran todo ese universo, y como de ese misterioso modo, pasan a formar parte de mí elementos universales tan dispersos. Con la carne lo mismo me pasa, no la he dejado aunque me apetece menos, pero comiéndola pienso en la vida del animal, el pasto que comió, el sol que brilló sobre ese pasto, el agua, etc... En este momento se me agregan los procesos industriales, la próxima vez que coma fideos recordaré a las nobles máquinas que los elaboran. Es impresionante pensar en imágenes de este modo, de pronto me veo como una especie de concentrado universal, todo en mí. El "todos somos uno" de los budistas cobra un sentido impresionante.

Nunca había tenido sentido alguno para mí la idea de que somos lo que comemos. Pero al dejar de pensar en forma de hechos aislados, todo toma un color diferente, el color de lo integrado.

Pensaba si el extremo rechazo de algunos vegetarianos por los productos animales revela un rechazo por incorporar lo propio de lo animal, pasión impulso que emerge en acto destructivo y creativo, comerse a otros y copular. Por otra parte no es raro tener más comodidad en cenarse el ser de un tomate o una lechuga, lo vegetal, tranquilo, quieto, estado vegetal mismo, pasa tan por debajo de la consciencia, a nadie inquieta vegetar. Animalear en cambio, sea para el lado destructivo o sexual, no deja indiferente a nadie.

Para qué decir lo mineral, a nadie molestará in-corporar sales, aún no he visto vegetarianos aminerálicos. Me causa gracia, pero sí he visto vegetarianos verduleros extreme hardcore, fui testigo en una ocasión de cómo uno de estos seres rechazaba una exquisita hoja de beterraga por su inervación rojo intenso "no como nada rojo" ¿pensaría en sangre animal?, capaz que la betarraga es un animal de tierra y aún no me enteré.

24/4/08

Psicoanalista se nace.

Todos nacemos psicoanalistas. Transcurrimos nuestros primeros días de vida en el acto existencial más puro, es lo que es. No hay tiempo ni espacio, la dinámica del deseo no ha colonizado nuestras mentes que aún no se desarrollan.

Acto psicoanalítico puro, existencia simple sin intermediaciones.

Años después, luego de pasar por las mil y una deformaciones que nos impone la cultura, somos entes mentales, resentidos sirvientes de una identidad que nos atrapa, vivimos desde el pasado en el futuro. Neuróticos ordinarios.

Algunos otros, no llegamos a consolidar ni la neurosis, vivimos en un accidentado tránsito vital, con frecuentes caídas de sistema dada la fragilidad, no llegamos a ser alguien, la máscara está llena de hoyos, no estamos ni al principio ni al final. Psicóticos ordinarios, en mayor o menor grado.

Dentro de todos estos, unos pocos, buscamos la manera más complicada de descomplicarnos, nos metemos a formarnos como psicoanalistas. Hay otros caminos, este es de los más mentales, se agota la mente, se agota el lenguaje, cae el psicoanálisis. Caen las escaleras, quedamos suspendidos allí donde la realidad nos vio llegar al mundo.

Psicoanalista se nace, y a algunos nos toma una enorme cantidad de complicaciones, intentar recuperar ese espacio, ,a existencia.

3/4/08

Sintomas, la vuelta de lo escondido.

Lo dijo con toda claridad el viejo Freud, lo reprimido, retorna.

Mucho he pensado en estos días en este potente concepto. A nivel social aparecen organizaciones paramilitares en el sur quemando buses, bombas varias en lugares diversos. Asesinatos, celebraciones en relación a asesinatos político que terminan en otro asesinato político.

Gobierno, me sorprende escuchar a quienes estaban del lado de las protestas y la víctima de la represión, manifestando los mismos niveles de cinismo frente a un orden social que se desordena, violencia y descontento que amanece por las grietas de la estructura del orden normalizado.

No es diferente el síntoma en el nivel individual. Pretendemos que no tenemos impulsos agresivos, sexuales, no demorarán mucho en aflorar manifestaciones de todo orden intentarno devolvernos aquello de lo que queremos enajenarnos.

Escondemos ante nosotros mismos nuestras dimensiones menos preferidas, nos sale un hijo que nos representa todo eso en su estado más agudo y doloroso.

Todo vuelve.

Por eso me conquista el trabajo de la consciencia, en el sentido de hacerse consciente de todo lo que nos conforma, de todo lo que participamos y creamos pensando que somos totalmente ajenos a ellos. Revisar cómo lo que odiamos en otros es precisamente lo menos cómodo de nuestra personalidad.

El loco en la sociedad no es otra cosa que el que nos representa lo insoportable de lo humano, el que nos trae de vuelta aquello que apartamos para sostener nuestra escenografía de una vida ideal, depurada.

El terrorista quizás no sea muy diferente, pero no está dispuesto al sacrificio como el que entra en la condición de loco y el trato que solemos darle.

No sostengo bajo ningún punto de vista la tolerancia o complicidad con actos que destruyan el derecho de todos y la convivencia. Sin embargo soy enfáticamente partidario de escuchar qué nos dicen los brotes que descalificamos con facilidad bajo la categoría "delincuente, criminal, loco, enfermo".

¿Quién es más enfermo?
El que da la vida por lo que ya no puede soportar
El que no lo soporta y se cree totalmente ajeno

La cura de un loco o un antisocial, es difícil en su arte.

Conceptualmente es básico, simple.

¿Cómo reconducir el brote de una verdad inevitable desde un acto insoportado a una expresión tolerable por el resto que puede aplastar al manifestante?

No otra cosa es la terapia. Cuando el caso es muy grave, ambas partes están en personas separadas. Menos grave, es la lucha interna.

24/3/08

El Cherokee y la carreta (encuentro psicosomatico).

Era una esquina de Santiago, de esas que ya se producen poco gracias al muro que conforman las autopistas.
La esquina no era entre dos calles, sino entre dos mundos.
Un semáforo en rojo puso a un flamante jeep Cherokee con su flamante dueño que lucía lentes, reloj, y actitud Cherokee, cara de satisfacción y velocidad... envidiable... junto a un clásido carretonero de Santiago. De esos que abundaban en barrios como La Vega y alrededor de algunas ferias. Enjuto hasta el límite, una lección de anatomía, vestido sólo con un gastado pantalón arremangado, a pata pelá, mugriento y con cara de espanto, tirando un carro cargado hasta el asombro, con ruedas que no ruedan...

El abismo que separa las realidades alcanza niveles sorprendentes para mí.

Pienso, el flamante conductor del bello auto, ¿no recibe impacto alguno? Yo creo que eso duele y envenena hasta el fondo del alma, a todos. Para qué decir el carretonero... Pienso que el impacto se recibe en alguna parte, el cuerpo (contracturas y enfermedades varias), la violencia de nuestras relaciones, las adicciones múltiples de las que somos parte (el consumo, estimulantes, drogas legales y de las otras, la hiperestimulación (tv, mp3, audífonos, "noticias")).

La pobreza, la marginalidad, la falta de oportunidades, la explotación ¿sólo daña a los marginados y explotados? Yo creo que no, creo que los "ganadores" de este mundo estamos permanentemente sufriendo el impacto del dolor del maltrato sobre el que se asienta nuestra convivencia cotidiana y que creamos en cada uno de nuestros haceres en el mundo.

No hay que esperar el próximo carretón para vivir la experiencia. Basta con saber algo de la vida íntima del conserje de nuestro edificio, la secretaria, el junior, el que nos lava el auto, nuestra "asesora del hogar" (renunciamos a llamarla empleada, pero ¿la tratamos mejor? ¿le pagamos dignamente?...

¿Somos inmunes al mundo que creamos?

¿Cómo hacemos para participar de la creación de realidades que luego nos parecen horribles y ajenas?

18/3/08

Silencio y Obscuridad

Lentamente la urbe y sus vías se han ido inundando de imágen y sonidos, muchas veces estridentes, llamativos, controladores.

Muchos lugares tienen pantallas que es casi imposible evitar, con imágenes que no podemos apartar de nuestro campo visual.

Restaurantes, malls, tiendas, micros, carros de metro, estaciones, buses, salas de espera en ámbitos variados, llenas de pantallas de última generación con esa imagen que supera a la realidad en brillo y colorido.

No pocas veces me ha sorprendido constatar que la música ambiental acompaña imágenes de clips musicales sin coincidir. Uno escucha una cosa y ve otra.

Las imágenes en video no coinciden tampoco con la propuesta aparente de los ambientes en los que la pantalla los ofrece.

Nos dejamos llevar, con esa bovina pasividad, la misma con la que permitimos que la televisión inunde nuestros hogares con las imágenes más diversamente chocantes, violentas y espantosas, en una concentración tal que en pocos meses hemos visto más sangre, tortura, violencia y sexo que el más desatado delincuente o el más experto policía.

Es increíble, a veces pagamos por eso. Vamos al cine, elegimos violencia, terror, desconfianza. Quizás en la ilusión de que eso quede en la pantalla. La ilusión del cine, todos sabemos que son actores. Pero, en el cine, en el teatro, la literatura, pagamos para que nos engañen. Para que nos ayuden a crear un mundo ficticio, por terrorífico que sea, tiene fin. Si no pagas no entras.

Nos llenamos de aparatos, mp3, mp4, celulares, palms, combinaciones de ellos, todo el día pendientes de sus sonidos y luces, de sus baterías, de sus accesorios y cables, de sus envases para transportarlos.

Colonizados por la exterioridad, dejamos que nos atrapen los sentidos, llamando desde afuera con su canto de sirena.

Eludimos el silencio, la obscuridad. Como dijo sabiamente un amigo hace poco, hoy en día pagamos, y cada vez más caro, por silencio y obscuridad.

Parece ser pecaminoso querer comer sin una tv, sin "música". Dejé de ir a mi restaurant preferido, almorzaba todos los sábado, al dueño le dio por "aggiornarse" remodeló el local, y por supuesto, sendas pantallas para que nadie se pierda la imagen de carreras de moto, auto, o una que otra bella mina mediática, al ritmo de música "lounge" que tiene aroma a calma, pero que no deja conversar.

¿Iremos a encontrar algo en esta desesperada búsqueda por el sonido más perfecto, la imagen digital?

Entiendo, la economía, el crecimiento positivo permanente, requiere adictos, adictos a lo exterior, tenemos que cambiar el celular, es muy viejo, el mp3, muy poca capacidad, el computador, no procesa los últimos formatos de imágen ... ... ...

En realidad, qué aburrido pensar en silencio y oscuridad ¿inventarán alguna vez un modo de iluminar el cielo y eliminar la noche? mejor aún, en una de esas hacemos desaparecer las pantallas inventando un modo de proyectar en el cielo.

Nos vemos, me voy al mall a cambiar el celular.

5/2/08

Instituciones Psicoanaliticas, un oximoron

La sola idea de institución psicoanalítica para mí es un oximoron, la armonización imposible de dos opuestos.

El psicoanálisis es para mí la herramienta liberadora más poderosa que conozco en tanto aborda y desarticula las dinámicas del poder desde el núcleo central del mismo. El individuo, el individuo atrapado por la "pasión de la servidumbre voluntaria" (Etienne de la Boetie). No hay un punto más central del anclaje del poder que el núcleo subjetivo del individuo dispuesto a servir, desesperado por encontrar su amo. Deseando la ley que lo marque dentro de un feudo, lo ordene liberándolo de la tensión constante de la responsabilidad personal, sin tregua, y el desamparo constitutivo de lo humano.

Es en la esperanza de servir a un amo que hacemos ilusiones de estar amparados por el poderoso, aceptando nuestra pobre condición humana en la medida en que sentimos que si somos favorecidos por el amo, todopoderoso y superior, estaremos al abrigo de los riesgos propios de nuestra condición de pobres y humildes mortales. Como si hubiera otros que no pertenecen a esta miserable condición y podrían concedernos el favor. Dispuestos estamos a darlo todo en pos de sostener la ilusión, no importando cuánta evidencia se nos presente de lo contrario. El amo no hará otra cosa que servirse del voluntario sirviente, sin que uno ni otro escapen a las condiciones de la existencia, totalmente democráticas, igual para todos.

El psicoanálisis se inicia sobre el fenómeno transferencial, la ubicación de un amo en el psicoanalista. El psicoanalista bien formado sabrá conducir el proceso para disolver la dinámica de poder implícita en una relación tal. Cierto es que esto se escapa a muchos psicoanalistas que no hacen otra cosa que explotar la dinámica hasta extremos ridículos, llevando procesos interminables en que su analizado sólo va agregando carga culpable por ser y existir tal como es.

Las instituciones psicoanalíticas que he conocido, no son otra cosa que agrupaciones de sujetos temerosos de su precariedad e ignorancia, agrupados bajo una jerarquía de señores a los que se supone de algún modo superiores o dotados de algún don casi místico en la revelación de los secretos de lo humano. Profetas vivientes. Sus enseñanzas se transforman en sagrada escritura que los fieles repiten al pie de la letra, sin un punto de reflexión profunda ni de búsqueda experiencial personal al respecto. La mayor parte de los jerarcas de las instituciones son hombres talentosos en lo clínico, creativos y libres que se han atrevido a hablar en su idioma personal, recreando y apoderádose del psicoanálisis, herejes muchas veces con lo conservador del movimiento.

Su ejemplo muchas veces es seguido del modo que propone la sumisión y el poder, contra la voluntad de estos maestros, sus seguidores siguen a la persona santificándola, cosifican sus palabras y no su ejemplo personal de búsqueda. Se llega al punto del fetichismo en el que tener o no determinado libro en su versión original, haber sido analizado por un analizado del linaje de un determinado analista, llega a tener un valor delirante.

El problema es que cuando el psicoanálisis hace su efecto tal como lo entendiera Bion y Lacan a mi modo de ver, el sujeto termina arrojado al vacío de la existencia creativa, impredecible e incierta, incapaz de sostenerse en estructuras religiosas como la descrita.

En ese punto no es posible sostener ideas sin criticarlas por el poder o rango del que las emitió, y la institución no soporta tal movimiento, a no ser que el rebelde se haga lugar como nuevo caudillo.

Bion, en el momento en que más fanatismo generaba dentro de la sociedad londinense, enfrentando una posible reelección, decide irse a Beverly Hills California, donde prácticamente no lo conocían, en sus palabras "antes de que me hunda el peso de las medallas". Desarrolló todo un trabajo dentro del tema "el místico y el grupo" que explora la relación de los grupos con el caudillo y la verdad.

Yo creo que las instituciones psicoanalíticas son un imposible, algo se pierde, o lo institucional que no resiste la libertad de pensamiento, o lo psicoanalítico que no resiste ataduras.

El psicoanálisis como experiencia es un acceso ético, el locus de la verdad subjetiva se suelta de su posición sometida en el Otro, liberada esa amarra, será lo que la existencia presente en adelante.

4/2/08

Vivir en la Mente. El Mapa y el Dragon.

Gudo Wafu Nishijima, cuenta de un hombre a quien fascinaban los dragones, los estudiaba, los imaginaba, los dibujaba. Leía de dragones, soñaba con dragones, cantaba acerca de dragones. Sus murallas estaban llenas de bellas ilustraciones de dragones, sus muebles plenos de hermosas figuras de dragones.

Un buen día, un dragón pasaba por ahí y no tuvo mejor idea que asomarse por la ventana de la casa del buen hombre, el que al verlo, presa del más absoluto terror, cayó muerto al instante.

Tengo la impresión de que esta pequeña historia es tan cercana a mi vida. Cuántas veces desarrollamos interminables modelos mentales acerca de cosas que suponemos que nos gustaría vivir, pero una vez en ellas, no podemos de miedo frente a una realidad fáctica, ineludible, que no admite las decoraciones y matices para los que la mente se presta.

Viene a mi mente mi antiguo maestro Humberto Maturana, creo que de las cosas que más me marcó de su enseñanza era el énfasis en la distinción entre hechos y explicaciones. Las cosas son lo que son, lo demás son ideas, explicaciones.

Es la vieja idea de confundir el mapa con el territorio que representa. Los mapas por buenos que sean son mapas. Muchas veces vivimos la vida en mapas, dentro de nuestras cabezas, y cuando el territorio se nos hace presente con matices y detalles que no estaban en el mapa sufrimos insoportablemente.

Vivir en el pasado y en el futuro es vivir dentro del mapa. El territorio existencial es aquí y ahora. Lugar donde no hay espacio para dudas, las cosas son lo que son. En el mapa está lo que nos gustaría que fueran, o lo que podrían haber sido si es que las condiciones hubieran sido otras. Sin embargo, eso es fantasía. La realidad es sólida.

¿Cuánto tiempo de vida perdemos navegando en nuestras anticipaciones y lamentos por lo que no es como nos gustaría?

¿Cuánto más simple es vivir enfrentado a lo que es?

Simple no dice "fácil".

31/1/08

Dificultad para disfrutar, ¿Culpa judeocristiana o consciencia lucida?

Tengo un amigo que gusta de decir que es la culpa judeocristiana la que nos impide disfrutar de lo que tenemos. Yo no se bien qué quiera él decir, pero cuando lo escucho me pasan ciertas cosas.

Con ese amigo pertenecemos a un grupo de amigos profesionales bien posicionados en el ámbito de nuestro oficio, somos independientes y gozamos de prestigio y demanda laboral más que suficiente. Somos dueños de nuestros horarios y tiempos de vacaciones que nos tomamos cómodamente. Un mes en el verano más menos, un par de semanas repartidas el resto del año, viajes, congresos.

Entre pitos y flautas calculo que tomamos libre cerca de dos meses por año. No tenemos jefe y aún cuando dependemos del mercado nuestros honorarios profesionales son del rango alto. Educamos a nuestros hijos en los colegios que elegimos, con acceso a idiomas y a un mundo universitario internacional, pagamos coberturas de salud de primer nivel, tenemos o podríamos tener más de una o dos propiedades de descanso fuera de Santiago. Vamos frecuentemente a restaurantes sin fijarnos mucho en nada más que el gusto de disfrutar del refinamiento gastronómico y la buena atención. Tenemos acceso a libros en todo el rango de nuestros intereses. Tenemos autos a disposición, casi nuevos y en muy buen estado. Tenemos o optamos libremente por no tener asesoría profesional en el hogar. Pagamos seguros de vida con ahorro, y muchas cosas más que el pudor (o la consciencia lúcida de la que quiero hablar... o la culpa judeocristiana) no me dejan detallar.

El detalle me resulta un poco idiota, no son las cosas en sí, su cantidad, diversidad o precio, el lujo privilegiado es la amplitud de opciones y la posibilidad de elegir el modo de vivir en cada aspecto.

Solemos decir entre nosotros que nos sacamos la cresta trabajando para tener lo que tenemos.

Siendo honesto, en este acto me declaro divergente en relación a esa última afirmación. Hablo por mí, pero no me saco la cresta, ni con mucho. Vivo en un barrio elegido. Trabajo lo que quiero, tengo lo que necesito me demoro no más de 30 minutos a mi trabajo, en bicicleta por el puro gusto porque el auto lo dejo en casa. Hago deporte diariamente una hora. Me doy el tiempo para aprender algo de música. Trabajo en una oficina a mi gusto, bien ubicada, amplia, que algún día puede llegar a ser mía si termino con el crédito hipotecario que es lo único que me debe distanciar mucho de un millonario, o lo segundo, porque si ser rico es no tener que trabajar para vivir, ahí estoy lejos. Pero ni tanto.

Ser rico es vivir con menos de lo que uno gana. Cosa relativamente fácil de organizar en la clase media alta a la que calculo pertenezco, pero en los rangos inferiores de ingreso la cosa es muy distinta.

Creo que justificarme y no cuestionar mi posición socio económica con un cerrado "me mato trabajando por lo que tengo", recurso que utilicé por años, ya no me satisface.

Sacarse la cresta o matarse trabajando tiene que ver más con viajar horas, léase HORAS, en micros bajo la línea de lo digno, sin opción, pagar cerca de un tercio del ingreso en ello, estar muy poco con la familia y muchas veces agobiado por la realidad, no tener más que la paciencia como recurso en una sala de urgencia cuando hay un problema se salud, la resignación a la hora de aceptar el lugar en que pudimos educar a los hijos y el modo en que son tratados, la deriva para encontrar las cuatro paredes en las cuales se asienta el sentido de familia y hogar. Un trabajo con el que nos uno no se alcanza a relacionar con el arte y el placer de realizarlo si se vive pensando en el miedo a perderlo.

No por poco la ex ministra de salud, actual presidenta, llevó a su hija a la Clínica Alemana cuando tuvo que hacerlo... No por poco dudo que algún ministro eduque a sus hijos en colegios municipalizados o liceos. Pero eso es otro tema...

Bueno, no se, pero no me calza la culpa judeocristiana, que puede ser parte del asunto, pero judíos y cristianos, también tienen tradiciones de hombres espirituales, profundos, conscientes. Algo de lucidez habrá en que me duela hasta el hueso cuando un muchachito sano aún me pide una moneda por limpiar el parabrisa o por alguna pirueta de esquina, sin mucho más horizonte que pelear por la mejor esquina, mantenerse popular dentro del grupo dominante, y mantenerse alejado de los mil y un desvíos que la vida de la calle le presentará. Cuando veo una señora que podría ser mi madre o mi abuela circulando a la caza de una moneda para juntar lo mínimo. O cuando se me acerca lloroso algún cuentero, normalmente hombres entre sus 40 y 50, con un niño en brazos de aspecto decaído y una receta en la mano de algo que no puede pagar. Lo primero es pensar "me están cuenteando", claro, es posible, pero lo horroroso es que hay muchos que podrían estar pidiendo del mismo modo sin estar contando ningún cuento.

La brecha hoy no es como cuando yo era chico, que pasaban por mi casa todas las tardes a pedir pan duro, fruta, azúcar, lo que fuera para matar el hambre, así de crudo era hace 35 años. Hoy quizás nadie use una ropa desgarrada o un zapato distinto de otro a no ser que a la pobreza se una alguna singularidad de pertenencia psiquiátrica. La ropa está tirada, a costa del nivel de vida de los chinos o equivalentes, claro... la comida abunda, y se pudre por algunos lados, mientras en otros no asoma...

La brecha al menos en este país es otra, las oportunidades de encontrar un lugar digno, decente, conducente en el mundo.

El mundo del privilegio es un asunto serio. No creo que simplemente sea una distorsión perceptiva por la culpa. La culpa como la angustia ligada, pueden estar siendo una muy buena señal de que algo no anda bien. Temo a nuestro hábito de dormir con drogas esas sensaciones que son las que nos llevan a cuestionarnos, ejercicio pasado de moda.

Yo creo que se trata simplemente de que sin hacer mayores análisis, yo se casi organísmicamente, que vivir como vivo sucede por sobre una buena porción de la humanidad que subsiste en condiciones inhumanas y probablemente mi posición descansa en le precariedad de otras vidas.

Yo no tengo asomo de solución, pero quiero dejar de tapar el sol con un dedo.

No creo que sea un problema político administrativo, me harté de descansar en exigir a otros se hagan cargo de mi responsabilidad. Es un asunto de consciencia personal.

30/1/08

Ciclista amoroso. (Carga con tu propio peso)

No soy muy amoroso, soy mas bien bestia bruta. Pero no me gusta la idea de ciclista furioso.

A la bicicleta me subí de chico, como muchos supongo. Santiago era un pueblo hace 30 años, y se recorría amablemente en bici. Tengo muchas anécdotas y aventuras de esa época libre.

Viviendo el sueño occidental del progreso, y habiendo heredado cierta pasión por la sangre italiana, apenas pude compré mi primer auto, y seguí teniendo uno "como todo el mundo" (interesante el egocentrismo clasemediaalta que revelo).

Pero, como los cambios sobrevinieron, llegó el Transantiago, y mi viaje en auto a trabajar aumentó a casi el doble por la maravilla de paraderos que hicieron ocupando vías de circulación. Los ingenieros ocuparon una pista de Av. Tobalaba al llegar a Bilbao.

Hace rato venía pensando en volver a la bici, un día de Marzo, de los primeros a vuelta de vacaciones, probé. Fantástico, una revelación. Desde ahí no he parado, el auto no lo uso en la semana y la vida realmente cambia en muchos sentidos.

La bicicleta exige una atención casi animal, plena y conectada, poca mente, mucha reacción lúcida desde el cuerpo. Llego a mi destino totalmente renovado. Me contrasta con el auto en que, al menos yo, me voy mascando el chicle mental y llego a mi destino totalmente agotado de mí mismo.

Un día pedaleando me vino a la mente la frase "carga con tu propio peso". Me encantó, es el sentido de responsabilidad que impone la bicicleta. Consumir petróleo con todas las consecuencias que tiene su extracción, distribución comercial y combustión en el mundo, es cargar con ese peso a otros animales (humanos y de los otros). Uno paga por la bencina, pero ese dinero no compensa el daño. Desde otro punto de vista si uno come en exceso, más de lo que requiere, el pedaleo se hace cargando un peso muerto, uno se regula solo. Uno no carga a nadie con los excesos propios. Se ahorra un problema de la modernidad, el deporte obligado por lo sedentario de la vida diaria. Es tan absurdo que uno tiende a querer tener un auto de lujo, comer de lujo, y luego tenemos una guata de lujo. Obligado a generar tiempo extra para actividad física, ya no por el placer de hacerla.

Como andar a pie, en el hecho de trasladarse, uno integra un conjunto de necesidades. Contraría un poco esta visión moderna en que ya el auto parece parte del esquema corporal de muchos, pero a mí me hace más sentido. Ojalá me dure.

Miedo a la muerte

Ayer mi hermano me pregunta ¿tienes miedo a la muerte? No se exactamente porqué, pero estábamos en ese momento almorzando en un restaurant de comida orgánica, yo bebía un té blanco y masticaba mis vegetales (hay un divertido y dramático artículo de Ken Wilber "Medita y come tus verduras"). Quizás eso hizo a mi hermano suponer que me protejo de morir.

La verdad, hago una vida cada vez mas sana, opción poco ideológica, pero muy pragmática, con los años he ido descubriendo lo mal que me sentía haciendo ciertas cosas y lo muchísimo mejor que me siento haciendo ciertas otras, muy simples y pocas. El instinto me ha ido guiando a lo que para algunos amigos es una vida monástica. Menos es mas, digo yo. Pero, no es por miedo a la muerte, hasta donde la autoconsciencia me acompaña es amor a la vida que no es nada sin la muerte.

Morir es lo único cierto. Es la única realidad pienso. Es la base de lo real. "Morir es cierto" decía Roser Bru en una serie de grabados, ¿habrá algo más cierto?. El límite del conocimiento, la apertura al misterio, al menos para mí que no tengo ninguna capacidad hacia lo sobrenatural o más allá de la muerte. Habiendo enterrado a varios cadáveres que antes fueron seres queridos, habiendo tenido amplio contacto con la muerte de muchas formas, tengo la impresión de que morir no me mata. El tema es mas bien, dos cosas, cómo vivo mientras no muero, y derivado de eso, quedar atrapado entre la vida y la muerte. Eso si me parece más bien latoso.

En el primer punto, me gusta vivir más livianito, más despierto. Me gusta disfrutar de los primeros momentos de luz de la mañana y dormir cuando cae la noche. Me gusta sentirme cerca de quienes me importan, cerca, no intelectualmente cerca, cada vez soy menos amigo del chicharreo verbal. Me gusta ver desarrollarse a las personas, no en vano vivo de eso, especialmente me gusta ver el crecimiento de mis hijas, las búsquedas de mis cercanos. Me gusta mi vida diaria, mi viaje en bicicleta de ida y vuelta a la consulta, las personas que me encuentro en lo cotidiano. El chiste rápido, el giro de la palabra a la que los chilenos somos dados. Algo de andaluces por ahí queda.

En el segundo punto, confieso cierto rechazo a la idea de quedar a medio camino entre la vida y la muerte, quedar en alguna condición en la que no pueda decidir mi destino y quede en manos de personas que actuarán según cualquiera de los modos imaginarios de tener compasión de un pobre moribundo que no se muere nunca. En esto probablemente coincidimos muchos, preferiría morirme de un paraguazo.

26/1/08

Rudolf Steiner, Antroposofia, Medicina, Pedagogia Waldorf.

A la antroposofía llegué por su medicina. Luego de años de padecer una sinusitis crónica con frecuentes episodios agudos que eran tratados con antibióticos cada vez más fuertes, llegó un momento en que el antibiótico usado me hizo sentir tan mal, que juré nunca más utilizarlos.

Comencé una búsqueda desconfiada en las medicinas alternativas, varias me interesaron, pero ninguna me hizo tanto sentido y claro efecto como la medicina antroposófica, en ese momento con la Dra. Blanca Ortúzar. El cuadro de sinusitis infecciosa con fiebre alta con el que llegué a consultarla, mejoró en unos 10 días, y luego de un año de tratamiento ininterrumpido con homeopatía antroposófica (diluciones bajas en relación a homeopatía tradicional) desaparecieron los cuadros de rinitis que eran muy recurrentes. Tuve un par de sinusitis infecciosas más en dos años (muy poco para lo acostumbrado) y luego de eso en 6 años he tenido uno o dos. La rinitis prácticamente desapareció, la última primavera en pleno auge del problema del plátano oriental, no tuve molestia alguna.

Al ver los resultados, comenzamos a ir en familia. A la fecha mis dos hijas se han tratado sólo con este tipo de medicina con resultados notables, han cursado todas las enfermedades infantiles sin requerir antibióticos, analgésicos ni antipiréticos. La fiebre es bienvenida como parte de una reacción del organismo.

Las explicaciones, mejor ni les cuento, insoportables. Pura metafísica. Todo tipo de entelequias suprasensibles, seres y campos de existencia en los más diversos niveles sutiles. Para mí, un delirio total. Con todo respeto.

Sin embargo, me quedo con las palabras de mi querido maestro Jorge Fernández Tornini, "el método, se valida por sus resultados". Escapándole a las extrañas explicaciones, en las que sólo quedaría creer a ciegas porque no hablan de nada que esté en la experiencia, al menos en la mía, nos quedamos con la práctica. Los médicos dentro de este enfoque son excepcionales en su entrega, rigor, dedicación a sus pacientes, y sin duda alguna, resultados. En un cierto sentido son como médicos a la antigua, ven a la familia, dan indicaciones de sentido común, si bien es una "medicina ampliada" en el sentido de servirse de todos los recursos de la medicina, sin rechazar nada.

Una cosa lleva a la otra. Con gran temor inicial de mi parte y luego de una espantosa experiencia con nuestra hija mayor en un colegio Montessori, entramos a la pedagogía Waldorf, Al Jardín Akelae y al Colegio San Cristóbal, que constituyen la tercera destilación de la pedagogía Waldorf en Chile, que para mí tenía fama de cerrada al mundo y sectaria, muy fundamentalista.

Debo decir con entusiasmo que mis prejuicios y temores iniciales se vieron rápidamente aliviados. Y me fue conquistando una pedagogía que aborda a los niños y a su familia de un modo integral, entendiendo profundamente lo que cada edad y momento del desarrollo requiere y puede lograr, facilitando el camino sin empujar, en un contexto donde lo estético, lo armónico, la imaginación y la creatividad se entretejen con el asombro ante la existencia.

Mis hijas se han desarrollado de tal modo que no podría imaginar nada mejor, y en general es lo que vemos en los otros niños. Otra vez, si voy a las explicaciones, no lo tolero, me salen con todo tipo de entidades invisibles... no puedo con eso. Pero si me pongo a observar lo que sí veo, el modo de trabajar, el compromiso y la pasión de los profesores, la madurez de ellos para enfrentar los problemas propios de la comunidad escolar, las ganas con las que mis hijas van a clases, cómo se desarrollan, la actitud ante el mundo y el conocimiento que van desarrollando... no imagino nada mejor. Ayer mi hija estaba preocupada por la fecha en la que volvíamos de vacaciones, no quiere perderse un sólo día de clases...

Circunstancias me llevaron a conocer otro aspecto de este grupo de gente. Su granja terapéutica en Curacaví. Tuve en tratamiento a un buen hombre con el que no había podido un buen número de profesionales de la salud mental, la cúspide de los expertos se daban por vencidos con él.

Hice el contacto y en un notable proceso este muchacho ingresó en la granja terapéutica (nadie está allí a la fuerza). Otra vez prefiero obviar la metafísica. Lo que vi es que lo enchufaron en la realidad más básica. Dormir con la noche, despertar con el día, una alimentación de lujo en horarios bien cuidados y por sobre todo el más intenso trabajo corporal que implica llevar adelante una granja con cultivos diversos y lechería. Para no alargarme puedo decir que hasta donde he sabido ese hombre en algo más de año y medio está transformado en un alegre y sabio granjero que ha desarrollado varias de sus capacidades a niveles sorprendentes.

En algún minuto ante todo esto tuve el interés de conocer el pensamiento de Steiner. Asistí a un seminario en torno a su libro "La Teosofía". Partimos bien, el tipo invita a hacer ciencia de lo suprasensible. Digamos que era leal a la pregunta de Groucho Marx que encabeza esta página ¿a quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos? Propone creer a la propia experiencia y que para ello las personas deben alcanzar lo suprasensible como experiencia personal para luego hacer ciencia acerca de lo que serían experiencias accesibles a varias personas. El problema es que se queda en la invitación. Y se manda con descripciones de su percepción del mundo. Insoportable para mí, creer o creer. Para avanzar en el estudio sólo queda creer que el hombre tuvo esas experiencias del mundo y la existencia, y seguir sus elucubraciones. Para mí imposible, eso es del plano de la religión institucional, donde a uno le dicen como son las cosas que uno no ve, y uno cree en eso y sigue. Ya tuve suficiente con mis años de psicoanalista y las invenciones freudianas acerca de lo humano. Otra religión equivalente.

Lo más cerca que yo estoy de la religión es el encuentro con lo misterioso, con la apertura de lo incognoscible, pero no con el relleno que alguien quiere ponerle desde sus voladuras personales. Hay otro libro en que Steiner propone un método para alcanzar percepción de los mundos ocultos. No me convence.

Sin embargo, sigo convencido con estas prácticas que se derivan del pensamiento de Rudolf Steiner, sólo por su cara visible, con eso me basta y me convence. No deja de producirme inquietud profunda el que todo esto venga de tan ajenas visiones...

Videntes, auras y otras hierbas...

A lo largo de los años y cada vez con más frecuencia, me encuentro frente a personas que tienen una experiencia de la realidad en el plano de lo "suprasensible", es decir, que va más allá de lo sensible a los 5 sentidos por todos conocidos. Hay personas que ven "el aura" algo que parece ser un borde luminoso que en diversos colores, que muchos asocian a diversas cualidades del sujeto, rodea a seres vivos. Dentro de estas personas hay quienes se sienten capaces de describir características estables o transitorias del individuo que observan. Otro tipo de videncias que me ha tocado presenciar, son más llamativas, me ha tocado compartir con un colega que tiene variados rangos de visión extrasensorial. Por un lado en el campo de las "energías" corporales, ve de un modo ampliado lo que otros ven como aura, no sólo ve contornos corporales sino la luminosidad correspondiente a los chakras de la medicina hindú, y los meridianos de la medicina china, en su interrelación con diferentes órganos y funciones corporales. Este amigo, además puede ver con toda claridad escenas de la vida de la persona, en particular cuando son una traba emocional instalada en algún área del cuerpo energético como podríamos llamar al conjunto de energías que es capaz de describir emanando de una persona. Sus visiones además abarcan otras vidas, encarnaciones previas y las cosas que de ellas se harían presentes en la vida actual. Conozco también a una médico muy conocida entre quienes frecuentan a videntes, con las mismas capacidades.

Yo, con suerte veo las letras en esta pantalla. Más que eso, nada. Me declaro totalmente ciego a los planos suprasensibles de la experiencia humana. Inicialmente muy escéptico a estas cosas, tendía a tomarlo por fenómenos psicóticos, fuera de "realidad". Sin embargo, si somos estrictos con la psiquiatría, no corresponde, lo psicótico se presenta en lo auditivo, voces, etc.. que en general invitan al sujeto a hacer o decir cosas que lo sitúan fuera del campo de lo aceptable por su entorno social. En estos casos los fenómenos parecen ser eminentemente visuales, y en general tienden a hacer sentido y ser aceptables para quienes reciben estas visualizaciones. Si no recuerdo mal son las psicosis tóxicas las que producen fenómenos visuales, pero suelen estar acompañadas de alteraciones evidentes de orientación y consciencia y caen lejos de lo aceptable por los que rodean al sujeto.

Luego de haber conocido a muchas personas con estas capacidades, y sorprenderme por la consistencia de lo que ven en mí, me abro a la posibilidad y me hago la pregunta por el hecho de que existan personas que perciben dimensiones del mundo que nos rodea que escapan al común de los mortales, sin ser fenómenos delirantes, sino que en la medida en que se mantienen adaptados al mundo en el que habitan, son fenómenos perceptivos.

Jacques Lacan, el personaje.

Declaro con énfasis que no me siento para nada experto en Lacan. Sin embargo, de lo que conozco a través de diversas experiencias, me formé una opinión, que paso a desarrollar. En relación a ser o no experto en Lacan, Lacan fue un personaje multifacético, muy complejo, cuya obra escrita conforma sólo una pequeña parte de lo que se ha constituido en el edificio Lacaniano actual, mayormente conformado por una tradición oral de creación y transmisión de un mito, la mayor parte de lo que circula como sus seminarios son transcripciones, es decir, lo que alguien escuchó decir a Lacan, y luego escribió. La autoría de muchos textos de Lacan es dudosa, más aún desde que su astuto yerno, Jacques Alain Miller heredara y se apoderara de toda la obra administrando la aparición de textos fundamentales. Es decir, a estas alturas Lacan es un país como el Vaticano, con su Papa, iglesias alternativas disidentes, cortes de asesores, su propia teología de la liberación y movimientos insurgentes e intrigas diversas que lejos de tener relación con la enseñanza que se busca transmitir, surge de la más profunda mediocridad egótica humana.

Es un problema saber qué dijo Lacan, agravado por el hecho muy bien descrito por alguien a quién le escuché decir, que un lacaniano, es alguien que, en un grupo de psicoanalistas, es el único que entiende a Lacan...

Sin descartar otros aciertos y aportes que mi ignorancia no me permiten valorar, el aspecto de la obra Lacaniana que ha capturado mi atención e interés por unos años, es su modo de comprender el efecto del tratamiento psicoanalítico sobre la transferencia, que lo conducen a pensar el análisis como terminable en la caída de la transferencia como posibilidad, dando paso a un cambio fundamental en la subjetividad, llevando al sujeto atrapado en el campo del Otro, a ser sujeto de sí. En ese punto hay algo notable, hay frases de Lacan sueltas por ahí en el seminario del acto y en el de la ética, "confía en el inconsciente, al final del análisis", "entrégate", "al final del análisis está el comienzo de la vida misma".

Estas ideas van de la mano con la noción de desidentificación del yo, una desconsistencia de la vivencia de ser uno mismo el que era, y la apertura a una flexibilidad existencial, que además acepta los límites de la comprensión, y particularmente del lenguaje para hablar de uno que es. Otra de las transferencias que para Lacan caen al final del análisis, el lenguaje no dice.

Esta idea del final del análisis concibe a un sujeto finalmente arrojado a un abismo de misterio, incertidumbre, y entrega, confianza. Llega el punto de abandono de la ilusión de que el analista sabe, que uno puede encontrar ese saber hablando y esperando que otro le descifre algo. En ese punto se diluye el analista, aparece la persona que había tras el semblante, y el propio ser es arrojado a la experiencia de ser ahí. Es un terremoto existencial de liberación del ser misterioso, impredecible. Esto es lo que se desarrolló dentro de las ideas del pase, a las que dedicaré otro texto.

Volviendo al personaje desde estas ideas, tengo la impresión de que Lacan trabajaba intensamente alrededor de estas ideas, y por una serie de circunstancias sociohistóricas, sumadas a su magnetismo y genialidad, fue quedando ubicado en el lugar de un dios, un ser excepcional y sobrenatural por sus seguidores. Atrapado, dijera lo que dijera la gente ya no lo escuchaba, lo imitaba, lo adoraba. He coincidido con Lacanianos importantes como Jacques Nassif en que Lacan despreciaba ferozmente a sus discípulos. Creo que lo hacía en el punto en el que Krishnamurti lloraba, cada uno desde su animal propio, su temperamento, enfrentando la desesperación, la soledad de quién busca compañeros en la aventura de la consciencia y se encuentra ganado. Zarathustra baja de la montaña alucinado con la muerte de dios y el nacimiento del hombre evolucionado en la propiedad de sí mismo, la gente que lo que quería era saber qué dijo dios, lo rechaza. Lacan corrió otra suerte, opuesta, como a muchos, lo hicieron estatua. Fue Wilfred Bion el que ante una reelección en la sociedad psicoanalítica de Londres, y el fanático fervor que producía entre sus seguidores, decide partir a California dejando todo "antes de que me hunda el peso de las medallas". Lacan quedó atrapado, no alcanzó a volar, se fascinó con el oro, y creo que mayoritariamente tenía plena consciencia de lo que ocurría pues sobre eso versaba sistemáticamente su enseñanza en los seminarios, la transferencia, sus efectos, la ilusión de ampararse bajo el manto de un ser visto como superior para calmar las propias angustias existenciales de ser un simple ser humano arrojado al vacío de la existencia.

Tengo la impresión de que lo desesperaba la estupidez con la que era seguido, y comenzó a probar, hablar incoherencias, tonterías, y lo seguían, haciendo comprensible y maravilloso lo imposible. He visto mucha obra de seguidores que me parece desarrollan un fragmento de idiotez que Lacan arrojó para ver si caían en cuenta de su realidad falible. Como ocurre en muchas disciplinas, mientras más obscuro e incomprensible una idea del maestro, más años se le dedican obsesivamente a elucidar los posibles sentidos que eso pudo tener para el genio. Mientras menos se entienda el pensamiento, más importancia se le asigna. Lacan fue aumentando el volumen, para ver si caían, circulan historias miles, le hizo rebajar 2 milímetros a una pata de su diván, para que cojeara, hacía todo tipo de arbitrariedades y payasadas con sus pacientes y seguidores, no lejos del maltrato y el abuso muchas veces, a la par de muchos gurúes del hinduismo y budismo, yo leo que la esperanza del muchacho es que alguno cayera de la hipnosis, viera el ridículo... se me viene a la mente la escena de un seminario grabado en video en que aparece Lacan vestido con un abrigo de visón blanco fumando un puro "cola de chancho", hay una escena con ese vestuario, que es literalmente circense, creo que está en internet, Lacan en esa pinta da un seminario y viene uno que le arroja un balde de agua fría, mojándolo entero y apagando el puro, el personaje continúa con su seminario indiferente a todo.

A mis hermanos Psi

Queridos hermanos, Marx. Agradezco la conformación de esta cofradía de selectos analistas, y un antianalista sinclubista retirado, en este ...