Me confieso, soy un reconector nivel II... o más bien un "Reconnection Healing Practitioner"™. Sí, lo confieso. Tradicionalmente he sido un alérgico a la palabra "energía", a todo lo que me huela new age, será que me estoy poniendo viejo pero han ido pasando cosas raras conmigo.
La cosa es así, cuando almuerzo en la infaltable tienda orgánica a la que mi vejez me ha hecho llegar diariamente desde hace unos años, desde hace meses se me viene apareciendo en la típica revista de cosas alternativas varias, de distribución gratuita y muchos avisos, un aviso nada particular que habla de "La Reconexión", cientos de veces me llamó la atención y generó mi rechazo e incomodidad, mis prejuicios son injustificadamente feroces ton las sanaciones alternativas, pero en particular con aquellas que se transforman en corporaciones (™ ®). Suelo imaginar toda suerte de oscuros grupos que controlan la consciencia de los habitantes del planeta, disfrazándose de liberadores, pero al servicio de la CIA y ObamaOsama.
Sí, lo acepto, mi mente infantil quedó viva y atrapada por Ian Fleming con Goldfinger y Diamonds are for ever de 007... Zeitgeist, La Corporación y todas esas cosas...
La cosa es que era como si los dioses me indicaran que La Reconexión era mi camino... me rebelé todo lo que pude, hasta que un día, hace no mucho, entro a una librería y me salta encima ineludible el best seller "La Reconexión", luché, transpiré frío, sufrí dolores y hablé en lenguas... mientras caminaba a la caja con el ejemplar que me arrastraba y controlaba mi mano para extraer la tarjeta de crédito.... me lo leí esa misma noche y debo reconocer que quedé impresionado por la sabiduría que destila el autor Dr. Eric Pearl, en una forma irreverente, libre, divertida, da por tierra con todos los mitos y apegos a la forma de las tradiciones de sanación más populares en USA y sus súbditos, Chile incluido... Si bien expone un abanico de creencias new age postmodernas, se ríe de todas y se manifiesta finalmente incrédulo a excepción de la serie de milagros que dice se fueron desplegando ante él....
Hay que aceptar que la primera parte del libro, poco más de la mitad, es un algo agotador y un poco injustificado "Me, Myself & I" o una versión de "Odas a Mí Mismo". Sin embargo en algún punto el autor clava el timón y entra en profundidades, desplegando una sabiduría digna de un maestro taoísta o zen... Precisión brutal, agudeza en lo espiritual como lo presente despojándolo de adornos y ataduras. con una comprensión profunda de lo que el miedo genera en las prácticas de sanación, nos arroja a la libertad de ser y hacer nada para sanar, llevándonos por un camino tensionante que acaba en sorpresa y alivio luego que nos muestra que buena parte del camino nos trajo con rueditas de entrenamiento que se pueden retirar para liberarnos al vuelo personal....
Como los dioses no suelen mandar mensajes sin sentido y continuidad, digo yo, al día siguiente una colega me pregunta por fb si conozco algo de La Reconexión porque el gringo viene a Chile. Soné. Para hacerla corta, en menos de un día había pagado una buena porrada de plata y estaba inscrito para el training de fin de semana de "La Reconexión" niveles I y II....
Ojo, aún soy conocido como psicoanalista, y los que saben de esa maffia entienden que yo en tal curso era como ver a un Boina Negra en un seminario de Gonzalo Pérez...
Bueno, ahí estaba yo, puntualito y fui hipnotizado por cada uno de los trucos y efectos del mago, todo un David Copperfield de la sanación espiritual. El curso, impresionante, una producción y despliegue impecable de la mejor tecnología didáctica. Pearl, el mago, aparecía a ratos, el curso lo llevaba en buena parte otra gringa, sin duda más amable, carismática y mejor docente que Pearl.
Pearl tiene un estilo Gay gringo neurótico insoportable. Intimidante y tiránico con sus asistentes que se alimentan de terror al maestro. Déspota, cínico e irreverente con todo, incluso él mismo, y sin embargo una enciclopedia de sabiduría viva y práctica. Un tipo interesante.
Todo envuelto en una organización corporativa que intenta hacer de la sanación reconectiva un gremio y una industria, un poco como amway, un poco una pirámide económica, muy bien pensado y organizado.
Con todo, lo que el tipo enseña es de primer nivel en cuanto a prácticas de sanación. Todo un golpe a mis prejuicios al ver al Pato Donald de la espiritualidad mostrándome un camino simple y claro....
Debo reconocer que filtradas las formas la enseñanza de Pearl fue de alto impacto para mí porque en realidad coincidía, paso a paso, concepto a concepto, con una formación transpersonal de muy buen nivel de la que participé en Francia el 2010 con Mike Boxhall. La única diferencia es que Mike no plantea el trabajo como especialmente terapéutico, aunque lo es, se lo deja a uno por explorar y descubrir. Pearl lo vende como LA terapia posible (aunque como buen gringo lo enseña y lo desmiente todo el tiempo indicando que debes ir al médico y tomar tus medicamentos en caso de enfermedad... mientras te muestra casos de reconstrucción de huesos y eliminación de tumores en minutos...)
Debo reconocer algo peor... luego del repaso con Pearl, poco a poco, caso a caso he ido practicando la cosa reconectiva, o en realidad la práctica que Mike llama "Stillness Practice" con mis pacientes bloqueados. No me atrevo a comentar los efectos porque si con lo que ya dije más de alguno debe estar pensando en mi senilidad si me mando con el resto definitivamente los pierdo...
En beneficio de la poca coherencia que algunos me deben estar concediendo, puedo agregar algo más. Las fuerzas que operan para restablecer equilibrios en los sistemas humanos que reciben estas atenciones me son totalmente desconocidas, tal como a Pearl que las llama "frecuencias de luz e información que están llegando al planeta" o como Boxhall que dentro de la tradición osteopática habla de "Tides" o "Mareas"... Lo que enfatizo es la aproximación al otro que atendemos, haciendo nuestro yo a un lado, dejando todo diagnóstico, opinión, pronóstico o idea de tratamiento totalmente fuera, y abriéndonos a una "escucha" total, con todos los sentidos y el ser, nos disponemos al otro absolutamente, basándonos en la capacidad de asombro y la ausencia de juicio.
Con Mike eso lo practiqué por 20 días seguidos y con Pearl unas horas en dos días y me reformateó entero. Debo señalar sin embargo que en lo conceptual me devolvió a mis raíces psicoanalíticas. Algo de esto es lo que mis maestros señalaron. Freud con la atención libremente flotante, Bion con su "sin memoria y sin deseo" y Winnicott con su sistemática no interpretación... Escucha, abierta. No diagnóstico, no pronóstico....
Lo particular es que las prácticas "espirituales" de Pearl y Boxhall (he escuchado de varios otros que en diversas formas están enseñando lo mismo) intensifican la atención flotante en el explícito señalamiento de que el yo y sus funciones en nombrar, diagnosticar y deseo de tratar o sanar, bloquean el proceso y es lo que hay que dejar de lado ... surrender dice Mike.... "let the work do the work",,,,
El terapeuta en estado abierto, meditando, el consultante en silencio concentrado en sentir, en observar lo que pasa por y en él.... escucha extrema y "asociación libre" extrema, se unen en algo cuya potencia no me atrevo y no tengo como describir todavía. Aún cuando esto para mí es evidencia clínica personal hoy, no un cuento que me contaron...
La vida me da sorpresas...
Martin Bakero
véngase a dar una vuelta, sino nos vemos allá en diciembre, propongo reunión skype. lo mismo digo yo de usted, y del aguante que propinas a todos los que están alrededor, estamos en contacto querido doctor y gracias