5/2/08

Instituciones Psicoanaliticas, un oximoron

La sola idea de institución psicoanalítica para mí es un oximoron, la armonización imposible de dos opuestos.

El psicoanálisis es para mí la herramienta liberadora más poderosa que conozco en tanto aborda y desarticula las dinámicas del poder desde el núcleo central del mismo. El individuo, el individuo atrapado por la "pasión de la servidumbre voluntaria" (Etienne de la Boetie). No hay un punto más central del anclaje del poder que el núcleo subjetivo del individuo dispuesto a servir, desesperado por encontrar su amo. Deseando la ley que lo marque dentro de un feudo, lo ordene liberándolo de la tensión constante de la responsabilidad personal, sin tregua, y el desamparo constitutivo de lo humano.

Es en la esperanza de servir a un amo que hacemos ilusiones de estar amparados por el poderoso, aceptando nuestra pobre condición humana en la medida en que sentimos que si somos favorecidos por el amo, todopoderoso y superior, estaremos al abrigo de los riesgos propios de nuestra condición de pobres y humildes mortales. Como si hubiera otros que no pertenecen a esta miserable condición y podrían concedernos el favor. Dispuestos estamos a darlo todo en pos de sostener la ilusión, no importando cuánta evidencia se nos presente de lo contrario. El amo no hará otra cosa que servirse del voluntario sirviente, sin que uno ni otro escapen a las condiciones de la existencia, totalmente democráticas, igual para todos.

El psicoanálisis se inicia sobre el fenómeno transferencial, la ubicación de un amo en el psicoanalista. El psicoanalista bien formado sabrá conducir el proceso para disolver la dinámica de poder implícita en una relación tal. Cierto es que esto se escapa a muchos psicoanalistas que no hacen otra cosa que explotar la dinámica hasta extremos ridículos, llevando procesos interminables en que su analizado sólo va agregando carga culpable por ser y existir tal como es.

Las instituciones psicoanalíticas que he conocido, no son otra cosa que agrupaciones de sujetos temerosos de su precariedad e ignorancia, agrupados bajo una jerarquía de señores a los que se supone de algún modo superiores o dotados de algún don casi místico en la revelación de los secretos de lo humano. Profetas vivientes. Sus enseñanzas se transforman en sagrada escritura que los fieles repiten al pie de la letra, sin un punto de reflexión profunda ni de búsqueda experiencial personal al respecto. La mayor parte de los jerarcas de las instituciones son hombres talentosos en lo clínico, creativos y libres que se han atrevido a hablar en su idioma personal, recreando y apoderádose del psicoanálisis, herejes muchas veces con lo conservador del movimiento.

Su ejemplo muchas veces es seguido del modo que propone la sumisión y el poder, contra la voluntad de estos maestros, sus seguidores siguen a la persona santificándola, cosifican sus palabras y no su ejemplo personal de búsqueda. Se llega al punto del fetichismo en el que tener o no determinado libro en su versión original, haber sido analizado por un analizado del linaje de un determinado analista, llega a tener un valor delirante.

El problema es que cuando el psicoanálisis hace su efecto tal como lo entendiera Bion y Lacan a mi modo de ver, el sujeto termina arrojado al vacío de la existencia creativa, impredecible e incierta, incapaz de sostenerse en estructuras religiosas como la descrita.

En ese punto no es posible sostener ideas sin criticarlas por el poder o rango del que las emitió, y la institución no soporta tal movimiento, a no ser que el rebelde se haga lugar como nuevo caudillo.

Bion, en el momento en que más fanatismo generaba dentro de la sociedad londinense, enfrentando una posible reelección, decide irse a Beverly Hills California, donde prácticamente no lo conocían, en sus palabras "antes de que me hunda el peso de las medallas". Desarrolló todo un trabajo dentro del tema "el místico y el grupo" que explora la relación de los grupos con el caudillo y la verdad.

Yo creo que las instituciones psicoanalíticas son un imposible, algo se pierde, o lo institucional que no resiste la libertad de pensamiento, o lo psicoanalítico que no resiste ataduras.

El psicoanálisis como experiencia es un acceso ético, el locus de la verdad subjetiva se suelta de su posición sometida en el Otro, liberada esa amarra, será lo que la existencia presente en adelante.

4/2/08

Vivir en la Mente. El Mapa y el Dragon.

Gudo Wafu Nishijima, cuenta de un hombre a quien fascinaban los dragones, los estudiaba, los imaginaba, los dibujaba. Leía de dragones, soñaba con dragones, cantaba acerca de dragones. Sus murallas estaban llenas de bellas ilustraciones de dragones, sus muebles plenos de hermosas figuras de dragones.

Un buen día, un dragón pasaba por ahí y no tuvo mejor idea que asomarse por la ventana de la casa del buen hombre, el que al verlo, presa del más absoluto terror, cayó muerto al instante.

Tengo la impresión de que esta pequeña historia es tan cercana a mi vida. Cuántas veces desarrollamos interminables modelos mentales acerca de cosas que suponemos que nos gustaría vivir, pero una vez en ellas, no podemos de miedo frente a una realidad fáctica, ineludible, que no admite las decoraciones y matices para los que la mente se presta.

Viene a mi mente mi antiguo maestro Humberto Maturana, creo que de las cosas que más me marcó de su enseñanza era el énfasis en la distinción entre hechos y explicaciones. Las cosas son lo que son, lo demás son ideas, explicaciones.

Es la vieja idea de confundir el mapa con el territorio que representa. Los mapas por buenos que sean son mapas. Muchas veces vivimos la vida en mapas, dentro de nuestras cabezas, y cuando el territorio se nos hace presente con matices y detalles que no estaban en el mapa sufrimos insoportablemente.

Vivir en el pasado y en el futuro es vivir dentro del mapa. El territorio existencial es aquí y ahora. Lugar donde no hay espacio para dudas, las cosas son lo que son. En el mapa está lo que nos gustaría que fueran, o lo que podrían haber sido si es que las condiciones hubieran sido otras. Sin embargo, eso es fantasía. La realidad es sólida.

¿Cuánto tiempo de vida perdemos navegando en nuestras anticipaciones y lamentos por lo que no es como nos gustaría?

¿Cuánto más simple es vivir enfrentado a lo que es?

Simple no dice "fácil".

A mis hermanos Psi

Queridos hermanos, Marx. Agradezco la conformación de esta cofradía de selectos analistas, y un antianalista sinclubista retirado, en este ...