No pocas veces me ha llamado la atención el doble significado y el juego que puede hacerse con la palabra cura, curado, curarse.
(al menos en Chile, para los extranjeros, curarse es sanar pero también es intoxicarse con alcohol).
Hoy escuchaba a un consultante hablar de ser libre, y que sólo curado (con alcohol) se había asomado a conocer aspectos de sí que luego de años de terapia está enfrentando, una mayor libertad.
De pronto dijo:
"curado solamente podría haber imaginado todo esto".
A lo que respondí en el acto:
" ¡ Claro, como ahora estás haciéndolo, curado ! "
(Yo pienso que es el principio del fin de la terapia).
Me dejó pensando también, cuantas "curaciones" momentáneas nos provee el alcohol. Cuando estamos borrachos, que podemos usar como excusa para no responsabilizarnos de nuestros actos y dichos, estando "curados", es entonces cuando estamos abiertos a quienes somos, no a la articulación obediente con lo que se espera de nosotros mismos.
Entonces, el actual abuso del alcohol, progresivo y en gente muy joven, podría estarnos mostrando cuan oprimidos nos tenemos a nosotros mismos por esta cultura homogeneizante y represiva de lo singular, de lo único, de la excepción, creyendo que es otra cosa que nuestra alucinación y creación colectiva.
Pasión de la servidumbre voluntaria, decía Étienne de la Boétie por el 1500 en Francia.
Matías Fernández Depetris
Psicoterapeuta sin club discípulo de Groucho Marx
(Fundador y miembro único de Psicoterapia Sinclubista Marxista)
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