26/1/08

Jacques Lacan, el personaje.

Declaro con énfasis que no me siento para nada experto en Lacan. Sin embargo, de lo que conozco a través de diversas experiencias, me formé una opinión, que paso a desarrollar. En relación a ser o no experto en Lacan, Lacan fue un personaje multifacético, muy complejo, cuya obra escrita conforma sólo una pequeña parte de lo que se ha constituido en el edificio Lacaniano actual, mayormente conformado por una tradición oral de creación y transmisión de un mito, la mayor parte de lo que circula como sus seminarios son transcripciones, es decir, lo que alguien escuchó decir a Lacan, y luego escribió. La autoría de muchos textos de Lacan es dudosa, más aún desde que su astuto yerno, Jacques Alain Miller heredara y se apoderara de toda la obra administrando la aparición de textos fundamentales. Es decir, a estas alturas Lacan es un país como el Vaticano, con su Papa, iglesias alternativas disidentes, cortes de asesores, su propia teología de la liberación y movimientos insurgentes e intrigas diversas que lejos de tener relación con la enseñanza que se busca transmitir, surge de la más profunda mediocridad egótica humana.

Es un problema saber qué dijo Lacan, agravado por el hecho muy bien descrito por alguien a quién le escuché decir, que un lacaniano, es alguien que, en un grupo de psicoanalistas, es el único que entiende a Lacan...

Sin descartar otros aciertos y aportes que mi ignorancia no me permiten valorar, el aspecto de la obra Lacaniana que ha capturado mi atención e interés por unos años, es su modo de comprender el efecto del tratamiento psicoanalítico sobre la transferencia, que lo conducen a pensar el análisis como terminable en la caída de la transferencia como posibilidad, dando paso a un cambio fundamental en la subjetividad, llevando al sujeto atrapado en el campo del Otro, a ser sujeto de sí. En ese punto hay algo notable, hay frases de Lacan sueltas por ahí en el seminario del acto y en el de la ética, "confía en el inconsciente, al final del análisis", "entrégate", "al final del análisis está el comienzo de la vida misma".

Estas ideas van de la mano con la noción de desidentificación del yo, una desconsistencia de la vivencia de ser uno mismo el que era, y la apertura a una flexibilidad existencial, que además acepta los límites de la comprensión, y particularmente del lenguaje para hablar de uno que es. Otra de las transferencias que para Lacan caen al final del análisis, el lenguaje no dice.

Esta idea del final del análisis concibe a un sujeto finalmente arrojado a un abismo de misterio, incertidumbre, y entrega, confianza. Llega el punto de abandono de la ilusión de que el analista sabe, que uno puede encontrar ese saber hablando y esperando que otro le descifre algo. En ese punto se diluye el analista, aparece la persona que había tras el semblante, y el propio ser es arrojado a la experiencia de ser ahí. Es un terremoto existencial de liberación del ser misterioso, impredecible. Esto es lo que se desarrolló dentro de las ideas del pase, a las que dedicaré otro texto.

Volviendo al personaje desde estas ideas, tengo la impresión de que Lacan trabajaba intensamente alrededor de estas ideas, y por una serie de circunstancias sociohistóricas, sumadas a su magnetismo y genialidad, fue quedando ubicado en el lugar de un dios, un ser excepcional y sobrenatural por sus seguidores. Atrapado, dijera lo que dijera la gente ya no lo escuchaba, lo imitaba, lo adoraba. He coincidido con Lacanianos importantes como Jacques Nassif en que Lacan despreciaba ferozmente a sus discípulos. Creo que lo hacía en el punto en el que Krishnamurti lloraba, cada uno desde su animal propio, su temperamento, enfrentando la desesperación, la soledad de quién busca compañeros en la aventura de la consciencia y se encuentra ganado. Zarathustra baja de la montaña alucinado con la muerte de dios y el nacimiento del hombre evolucionado en la propiedad de sí mismo, la gente que lo que quería era saber qué dijo dios, lo rechaza. Lacan corrió otra suerte, opuesta, como a muchos, lo hicieron estatua. Fue Wilfred Bion el que ante una reelección en la sociedad psicoanalítica de Londres, y el fanático fervor que producía entre sus seguidores, decide partir a California dejando todo "antes de que me hunda el peso de las medallas". Lacan quedó atrapado, no alcanzó a volar, se fascinó con el oro, y creo que mayoritariamente tenía plena consciencia de lo que ocurría pues sobre eso versaba sistemáticamente su enseñanza en los seminarios, la transferencia, sus efectos, la ilusión de ampararse bajo el manto de un ser visto como superior para calmar las propias angustias existenciales de ser un simple ser humano arrojado al vacío de la existencia.

Tengo la impresión de que lo desesperaba la estupidez con la que era seguido, y comenzó a probar, hablar incoherencias, tonterías, y lo seguían, haciendo comprensible y maravilloso lo imposible. He visto mucha obra de seguidores que me parece desarrollan un fragmento de idiotez que Lacan arrojó para ver si caían en cuenta de su realidad falible. Como ocurre en muchas disciplinas, mientras más obscuro e incomprensible una idea del maestro, más años se le dedican obsesivamente a elucidar los posibles sentidos que eso pudo tener para el genio. Mientras menos se entienda el pensamiento, más importancia se le asigna. Lacan fue aumentando el volumen, para ver si caían, circulan historias miles, le hizo rebajar 2 milímetros a una pata de su diván, para que cojeara, hacía todo tipo de arbitrariedades y payasadas con sus pacientes y seguidores, no lejos del maltrato y el abuso muchas veces, a la par de muchos gurúes del hinduismo y budismo, yo leo que la esperanza del muchacho es que alguno cayera de la hipnosis, viera el ridículo... se me viene a la mente la escena de un seminario grabado en video en que aparece Lacan vestido con un abrigo de visón blanco fumando un puro "cola de chancho", hay una escena con ese vestuario, que es literalmente circense, creo que está en internet, Lacan en esa pinta da un seminario y viene uno que le arroja un balde de agua fría, mojándolo entero y apagando el puro, el personaje continúa con su seminario indiferente a todo.

1 comentario:

Luis G. Marcano T. dijo...

Recordè un par de anècdotas de Lacan y eso de como fuè y aùn es seguido que nombraste.

Recuerdo el caso de una paciente que llegò como por el `78, se echò en el divàn y quedò en silencio, no hablaba, transcurrieron algunos instantes y entonces asi sin mas Lacan la tomò y halò fuertemente por los cabellos "Va a usted hablar!!!!", segùn relata ella èl estaba furico.

Ella se fuè y èl luego la llamò para disculparse.

Como por esas fechas, o tal vez por el `79 otra paciente llegò "Mi padre ha muerto" le dijo a Lacan, èl se quedò mudo, no hablò, ella lo tomò como una interpretaciòn (Hay que ver tambièn como algunos pacientes se empeñan en justificar al psicoanalista que les toca)

En las siguientes sesiones ella empezaba a hablar "Me parece que..." y Lacan la interrumpìa "Dejemoslo hasta ahì, muy bien", eso ya no eran sesiones de pocos minutos sino de pocos segundos.

Ella relata que lo tomaba como que Lacan querìa que ella interpretase su posicion ante la castracion, la falta y el duelo, comia chocolates como loca desde entonces, subiò unos cuantos kilos, terminò por abandonar ese anàlisis por eso aun cuando ella misma dice que antes de esas fechas le habìa ido bien.

Recuerdo mi indignaciòn cuando leì otro artìculo de algùn lacaniano por ahì en la red, hablaba algo de teorìa y luego citaba un "caso clìnico" de Lacan, era el caso de la mujer de la cual acabo de hablar.

El autor citò la parte de la muerte del padre de ella, citò que Lacan empezò a actuar asì y nada màs, es decir, no citòo absolutamente nada de lo que ella dijo al respecto (de hecho, para quien lo leyese sin haber estado informado del articulo de ella la cosa hubiese pasado como si nada)

Resulta que no solo eso, sino que ahì donde detuvo la cita empezò a hablar de lo excelentisimo y maravillosisimo que era ese proceder de Lacan.

Eso fuè justamente lo que me indignò, el recorte y descontextualizaciòn de algo que decìa alguien para forzar un "caso clìnico" que demostraba lo certero de la terìa que el autor proponìa. Me pareciò un acto criminal, vil, bajo.

Lacan por esos años, del 78 hasta su muerte padecìa ciertos transtornos, no recuerdo exactamente el nombre, alguna enfermedad que le descalabraba las funciones cerebrales lo ponìa iracundo en ocasiones cada vez màs frecuentes, desorientaciòn,e inclusive perdìda de la funcion de los oidos.

De hecho, ya varias personas, en este momento recuerdo lo dicho por Isidoro Vegh, hablan de como por ejemplo en la conferencia en Caracas Lacan a veces no reconocìa a quien le hablaba.

De hecho,hay otras anecdotas referente a que por esos años confundìa a pacientes con personas que iban a conocerlos o academicos que se acercaban a su casa.

Y recuerdo la gran cantidad de lacanianos que feroz e iracundamente inclusive niegan eso (como si la gente no se enfermara!!!)

El mismo tipo de "psicos" que hablan ferozmente de ciertos juicios en los 80 para justificar que Jaques Alain Miller se tarde tanto en publicar los seminarios de Lacan (cosa que inclusive considero una cierta clase de secuestro de propiedad intelectual)

A mis hermanos Psi

Queridos hermanos, Marx. Agradezco la conformación de esta cofradía de selectos analistas, y un antianalista sinclubista retirado, en este ...